Dorada...

Dorada...

 

Dorada piel que en mí tatuaste soles de tardes venidas de noches sin dormir

Dorados cabellos que en mí resuenan otra vez

 

Delgados hilos que bordan en mi mente sapiencia y a mi alma rebosan de clemencia

Rosas rojas con baño de oro era de mi corazón su primigenia

Dulce y engatuzador canto de juventud

Por qué acudes a mí?

 

Como un recuerdo florido y aguerrido a mi ser?

No ves que la juventud está tatuada en mi alma?

 

Que no por muchas cimas ni fatigas deja de allí pertenecer y permanecer

Que juegan mi niña mi joven a probar envejecer?

 

Ni siquiera lo escucho y menos lo siento

Ese lamento no me corresponde 

Responde a tantas ausencias de soles

A tantas lunas que me llevan que me llevaron

A cuántas galaxias?

 

No haré análisis de mis sentires

Que por sensitivos los dejo brotar

Y vuelvo a abrazar

La rosa roja bañada en oro que en mi pecho anida

 

Vuelvo a cantar

De la vida me permito el gozar!

Y así me haré eco de mi dorada juventud

Que aún sigue con terquedad 

La vastedad de mis días 

La vastedad de mis noches...

Virginia Viera Pereyra ®️

Mi yo.