Tres microcuentos

Alberto Escobar

 

¿Qué le ocurre 
a un libro cuando
está cerrado?

—Michael Ende. 

 

 

Mirando la pared. 
Se quedó mirando la pared, no entendía, cómo podía ser.
Ayer, yendo por la calle, a la altura del semáforo verde
que de noche se le refleja en la pared, sintió una embestida, 
como si viendo una función de teatro, de repente, se arriara
el telón, un telón rojo de sangre.
Estaba en la cama, sin saber qué pasos le condujeron allí, 
sin dinero en la cartera, con todos los documentos...

 

La besé. 
Ella, morena azabache, se me aparecía de costumbre
por la mañana, antes justo de que el sol se dignase
brindar su luz a todo el orbe, justo antes. 
No sabía —ni sé todavía— su paradero, su procedencia, 
si efectivamente era real o meramente una representación
andalusí de mis deseos más profundos, no sé, ni sabré...
La besé sintiendo que su lengua me bañaba de placer
todo el contorno palatal de mi boca, fue de una sensación
no antes sentida ni vivida y quise, desde ese momento,
que esa visita fuese un continuo, un ritual protocolario, 
un para siempre...
Nunca le pregunté su nombre, ni ella a mí tampoco,
nunca se encarnó, solo era vapor de agua, ilusión.
¿Quién sería?

 


¡Siguiente!
Son ya las once de la mañana, acababa de desayunar.
Vicente era y sigue siendo funcionario, agencia número
cuatro de la administración tributaria de un pais cualquiera. 
Estaba en ese instante en plena vorágine. Corría mayo
y la largura de las colas hacía interminable la jornada y agua
de mayo cualquier descanso por nimio que fuera. 
Cuando, en una de estas, se atrevió a levantar, casi leve,
la mirada del sinfín de papeles contra la mesa la vio.
Rubia, con la misma sonrisa que cuando el bocadillo
del recreo, era igual, los años no han sido años sobre su aspecto,
sobre su encanto natural, su frescura, era increible. 
Esa contemplación sorpresiva, repentina, le dió una especie 
de impulso —ganó en intensidad y eficacia desempeñando 
su trabajo—, pero cuando llegó ella vio a otra, desconocida...

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  • Autor: Albertín (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 25 de agosto de 2023 a las 07:24
  • Comentario del autor sobre el poema: Se los dedico a mi amigo Juez. Espero que te gusten y que me dés tu opinión, que la sé constructiva y acertada.
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 17
  • Usuarios favoritos de este poema: Tito Rod, Henry Alejandro Morales, Juez, Nitsuga Amano, Ed-win
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Comentarios +

Comentarios1

  • Juez

    Dios mío con el primer microrrelato. Está increíble. Se me ocurrieron varias hipótesis porque a priori no lo había captado del todo. Es notorio que tuvo un accidente en la calle y el siguiente escenario ocurre en casa, específicamente mirando la pared. Está muy bien hecho.

    El segundo está muy bien logrado. Y de hecho, consideré hacerte una pequeña sugerencia, respecto de remplazar o quitar "azabache", dado que siento que repite una idea con "morena", puesto que ambos son sinónimos en cuanto se refiere a la oscuridad. Y en realidad es todo lo contrario, porque morena además de dar un color, también da la idea de ser una persona, una mujer en este caso, y el adjetivo de azabache, el cual deliberadamente está allí, fomenta la idea de que es una ilusión, o más propiamente dicho, una "sombra". Está muy bien hecho. Y me dejó un poco pensando porque no sabía si sobraba o no azabache. Notoriamente creo que no.

    El tercero microrrelato es algo que le ocurre mucho al género masculino. Tenemos a enamorarnos e imaginarnos una vida con cualquier niña bonita, así sea conocida o no. Me ha gustado 😂

    Un saludo amigo Alberto.

    • Alberto Escobar

      Te agradezco que me animaras a escribir microrrelatos. Gracias a la conversación contigo al hilo de tu microrrelato he descubierto la posibilidad de escribirlos sin que me sepa a poco, escribiendo varios, como en este caso. Me gusta el género porque aúna la sugerencia de la poesía y la magia del relato. Un abrazo compi,



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