AVISO DE AUSENCIA DE Romey
Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Brincan chimpancés entre las trenzas
como lianas enzarzadas adentro
del vórtice, donde recorren el averno
interno de una plutónica reina de feria
garrapatas siniestras, mientras suenan
acordeones y órganos mastodónticos
haciendo la digestión de los ogros
que tiene por centinelas ante las puertas
de su casa, que es negra y cerrada,
siempre mentira además, con niebla
orbitándola, como todo un sistema
de planetas tontos, voladoras piedras
lanzadas desde alguna rota ventana
cuando se sentía histérica, hipertensa,
apartada del foco social, apóstata
profeta panteísta, o maldita poeta loca
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