Esa noche la vi feliz,
cansado del trajin,
le dije, me quiero ir.
Llévame a casa, amor,
era mi petición,
mi inusitado clamor.
Algo superior me indicaba,
vete ya por favor,
mientras me veías
con discolo furor.
No quise insistir.
Salí y tomé la vereda
y solitario caminé
la calle y su soledad.
Pensativo avanzaba
por las rúas.
Poca gente, poca luz,
escoltaban mi vicisitud,
que surgió de mi,
sin plan ni virtud.
Algo extraño germinó
del singular adiós.
Cual ermitaño
llegué a mi destino,
paraiso cercano.
Me sentí satisfecho
y liviano.
Ya solo en mi cuarto,
pensando y orando
me arrodillé y existí,
Allí me dije,
no estás solo,
tienes tu gente,
amores y consuelos,
motivos y senderos.
Solitario ando,
me dije a mi,
estado ocasional,
que oteaba la fronda,
el mundo animal,
porque eso somos
en la urbe social.
- Autor: Rafael Parra Barrios (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de agosto de 2023 a las 13:54
- Comentario del autor sobre el poema: La poesía parte de hechos reales y de la imaginación, que refleja verdades del mundo exterior. Lo que escribe un poeta puede ser su vida personal, la de otros y hasta situaciones inexistentes, lo importante es el mensaje, la inspiración y la obra como tal. A veces me inspiró en vivencias, más surgen poemas que tienen que ver con la exégesis de la existencia humana y de la naturaleza, en sus especifidades o en sus sentidos latos. Oh poesía de mi existir que tanto te amo y me llenas, aún cuando seas, a la par, desahogo. Confieso que estas letras me trastocan y aunque soy gregario por excelencia, ansío la soledad y entonces camino solitario buscando mi paz.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Parra Barrios, Henry Alejandro Morales
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