La Empatía

Hoy desperté pensando en la palabra Empatía.

Según la RAE:

Empatía: Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.

¿Considero la empatía un valor importante en la vida?, ¿la elijo como valor personal?

Necesito y quiero que conozcas mis aprendizajes, pensamientos, sentimientos y elecciones al respecto; no quiero parecer pretenciosa, mucho menos imperativa.

Por ese motivo no quise utilizar la palabra compartir, ya que significa tener algo en común, y no sé si lo tenemos aún, aunque sí tengo la esperanza de que alguna vez podamos compartir.

Siempre creí que hay que escuchar a todos los que tengan algo para decir, ya que eso no me obliga a adoptar los pensamientos de alguien más, y en cambio, me enriquecen aportando posibilidades, muchas de las cuales, probablemente no conozco, para poder hacer mi propia elección.

Yo soy quien decide por mí.

¡Ojo!, hacer lo que me dice otro, también es mi elección.

Quiero que me conozcas, con la intención de aportar, quizá, una mirada diferente y que posiblemente sirva para tu vida, para tus elecciones.

Y no estoy diciendo que es una mirada original, o que a nadie se le ocurrió, pero yo estoy aquí y ahora, y te la brindo, con la sola intención de que la consideres y, quizá, aporte algo a la hora de elegir.

Volviendo a la empatía, ¿se puede tener empatía con alguien a quien no conozco, o que no quiero en mi vida?, ¿ya sea por su manera de ser o por sus acciones? Yo creo que sí.

El tratar de entender los pensamientos y sentimientos de otro, no me convierte en esa persona, ni siquiera significa que estoy de acuerdo o que lo justifique.

Es, para mí, la capacidad de ponerme en el lugar de ese alguien y reflexionar sobre quienes tenían la obligación de amarlo lo suficiente como para dejar en él buenos valores... y que pudiera elegir para sí una vida diferente. ¡Claro! Esto desde mi pensamiento (que no deja de ser un juicio personal), de cuál es el modo de vida que considero correcto, que quiero para mí y mis hijos, y para la sociedad en que vivimos.

Son mis sentimientos sobre qué quiero dejar para el futuro.

Tampoco me creo una maestra de la vida, aunque sí, me gustaría hacer conocer mi pensamiento, ser un referente que sirva de apoyo a otros, y dejar huella.

Todos dejamos huellas, aunque no todos decidirán seguirlas.

Estas son las correctas para mí, aprendidas a fuerza de prueba y error. Dejando de lado muchas que luego volví a buscar.

Estoy convencida de que eso es la vida. Es tener el deseo de aprender continuamente, la humildad de reconocer mis propias ignorancias y darme cuenta de que no siempre puedo sola, mirar a todos y elegir lo que quiero para mí.

Aprendí que es una cadena de Amor que yo no quiero cortar, aunque lo haya hecho muchas veces, por desconocimiento, inmadurez, falta de escucha, soberbia, y muchas cosas más, sujetas a consideración, y que aprendí a reconocer y trato de modificar día a día (no siempre me sale bien). Pero es eso, un constante aprendizaje.

Cuando somos chicos, no es nuestra responsabilidad saber, pero a partir de cierta edad, ya no puedo hacer responsables a otros, me corresponde aceptar lo recibido y tomar las riendas de mi vida. Proveerme de aprendizajes, buscando y eligiendo lo que quiero para mí y lo que quiero heredar a los demás.

La vida se trata de acompañar y que me acompañen. Se trata de ser empático y elegir con quién compartir esa empatía.

Esto y todas las cosas que todavía no sé, las que no sé que no sé, las que me falta descubrir y elegir, las que me falta sumar y lo que me falta crecer.

Esto es para mí la vida, la que conozco por ahora y elijo seguir, y la empatía, un componente esencial para moldearla y llegar a buen puerto.

Es lo que siento y pienso, no es verdad.

Gracias a Sergio Campos (mi Maestro Coach) por permitirme adueñarme de su frase: “Es lo que pienso, no es verdad”.           

Miriam Venezia

05/09/2023