En cada oportunidad que se presente estaré con ustedes
Mientras haya vida habrá poesía
Yo fui quien encontró el cuchillo, el mismo con el que días atrás pretendí terminar con mi vida y al verlo estallé en un inexplicable llanto ¿dónde estaba la Bruja del Mar? ¿porqué estaba ese cuchillo en la caverna? Barrilito, quien se había adentrado más regresó con unas frutas parecidas a bayas informando que crecían de una enredadera más adentro de la cueva, y cuyas guías parecían subir hacia la superficie, al verme llorando me preguntó que pasaba y le mostré el cuchillo, nadie dijo nada, la certeza de que no la volveríamos a ver ensombrecía nuestra alegría y, fieles a sus enseñanzas decidimos adoptar el hábito de orar cada noche y esa en especial, elevamos esas oraciones agradeciendo a Dios por haberla puesto en nuestro camino y deseando que fuera plenamente feliz donde quiera que se hallara. Pasábamos los días explorando la caverna descubriendo pasillos oscuros en declive que parecían adentrarse más en las entrañas de la tierra, riachuelos corrían a sus orillas desembocando siempre en una cúpula como la primera formando el riachuelo pozas de agua cristalina y fresca. Decidimos que aquél era un buen escondite donde permaneceríamos por un tiempo y Maurini se encargó de adaptar algunos aparatos que nos quedaban para crear luces que iluminaran mejor, así pues, unidos como al principio los cinco tal como hacía muchos años emprendimos la aventura tendríamos tiempo de decidir qué hacer una vez que la situación del país se apaciguara. Después nos enteramos por ciertos lugareños del desierto acerca de leyendas que hablaban de seres que habitaban el interior de la tierra y que de vez en cuando salían para mezclarse con los pobladores de la superficie, fueron esa raza intraterrena quienes auxiliaron a sus antepasados en tiempos que se pierden en la memoria durante terribles cataclismos y cuya fisiología aún podía verse dibujada en las paredes de cavernas inexploradas ¿sería la Bruja uno e ellos? Nunca lo sabríamos, pero después de orar esa primera noche en la caverna tuve un sueño donde veía a la Bruja caminar por el desierto con el cuchillo, era una sombra blanca y luminosa que avanzaba trepando las paredes rocosas e irregulares de la montaña llamando a su hermanito Brujo Viento, en algún momento una ráfaga respondió desde el interior de una de las grietas y la Bruja se acercó frente a dicha grieta con los brazos abiertos, su cabello blanco flotaba y sonreía radiante mientras la ráfaga la envolvía, después se agachó y con el cuchillo rasgó su palma izquierda en forma de cruz de donde empezó a manar un agua cristalina y colocándola en el interior de la grieta la dejó fluir mientras se recostaba su cuerpo con el brazo izquierdo estirado permitiendo así que el agua de su palma corriera con facilidad, la ráfaga continuaba envolviéndola mientras ella se empequeñecía sin dejar de sonreír hasta disolverse completamente en el agua que continuaba corriendo ya como un flujo abundante hacia el interior y después de un momento sólo se oía ya el murmullo del agua como un himno, el himno hermoso de esperanza y no me quedó ninguna duda de que la Bruja del Mar nos había dado como último regalo su propia vida.
Tiempo después con Irene completamente recuperada, nuestro cuerpo revitalizado y el espíritu alegre; el futuro ya no se nos mostraba tan hostil, todos podíamos percibir en nosotros la compañía intangible de la Bruja en y mientras avanzábamos no puede evitar mirar atrás, pero a pesar de haber avanzado apenas unos metros la entrada por la cual acabábamos de salir se había desvanecido mostrándose únicamente las sólidas paredes de la roca por doquier, caminamos hasta la frontera donde almas caritativas nos dieron refugio en una granja donde Barrilito y la Gran Paula se establecieron formando su hogar, un hogar al que se sumaron progresivamente chiquillos huérfanos que con ellos adoptaron al igual que animales de toda especie, esa granja llegó a ser una mezcla de orfanato, zoológico y escuela donde ellos ya ancianos pudieron vivir sus últimos días con el amor y agradecimiento que recibieron de sus nuevos hijos conservando hasta el final el carisma que caracterizaba a Barrilito y la determinación de Paula que gozó educando no solo niños sino también perros, gatos, caballos, pájaros y cualquier otra especie que cayera en sus manos. Maurini e Irene se casaron y se integraron a un famoso circo de espectáculos conocido mundialmente donde continuaron su vida nómada ahora presentándose en diferentes países pero siempre nos mantuvimos en contacto y cada vez que Irene debía tomarse un descanso a causa al nacimiento de algún hijo (tres en total) siempre regresaba a la granja bulliciosa para que sus vástagos conocieran el valor de la humildad y solidaridad en medio de faenas, animales y niños felices por fin después de haber sufrido grandes penas.
En cuanto a mi regresé a mi país en cuanto los disturbios cesaron y me establecí en la misma población cercana a la carretera conde Diego había perecido, me instalé en una de las tantas casas abandonadas ya fueran porque los dueños habían perecido o huido y junto con los sobrevivientes ayudé a recuperar el pueblo, construí con mis propias manos un nicho de piedra a la altura del lugar de la tragedia y cada aniversario me dirigía ahí para rezar tanto por mi amado como por las demás víctimas, todo vestigio de rencor y dolor estaba disuelto gracias a la enigmática mirada de la Bruja que consiguió expulsar de mi todo aquello que me hacía daño, con mi talento minado por el accidente llevé mi existencia sirviendo de enfermera, maestra, campesina o lo que se ofreciera por lo cual llegué a ser muy estimada por la gente sencilla que escucha atenta mis aventuras juveniles, a veces se me acercan para pedir consejo pues me consideran una anciana sabia, pero yo sólo puedo orientar según mi propia experiencia y para mí la única cura para cualquier dolor es el amor incondicional, el amor que hace prodigios y nos lleva a conocer seres excepcionales, seres capaces de poner a disposición de quienes aman sus conocimientos y hasta su propia vida, lo demás son sólo cadenas de acontecimientos que nos enseñan para bien o mal nuestras debilidades y fortalezas; mientras llega mi hora mi corazón sigue suspendido en el barranco donde Diego se sacrificó con valor para darnos una oportunidad de continuar escribiendo nuestra historia, en mi oído dañado escucho su dulce voz recordándome que me espera, que es feliz cuando yo lo soy y también las sabias palabras de la Bruja que me enseñaron en un momento crítico la capacidad de amar que todos poseemos.
- Autor: Lourdes Aguilar ( Offline)
- Publicado: 12 de septiembre de 2023 a las 22:58
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 6
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