My Lord....

Sucré Amer



Como castillo en tiempos de guerra, alcé todas mis fortalezas, para que no penetrara: El amor, la ilusión, el deseo... Mucho trabajé para no perder la batalla.


Llevo mi mirada atrás, y me doy cuenta que he perdido la guerra, derribaste todas mis fortalezas con amor, y sembraste ilusiones llenas de deseo abriendo mares de ensoñaciones y  cielos de anhelos.


No entiendo como lograste, lo que otros no han podido. Limerencia, graciosidades que  cambian mi sino, dejando en cada día dulces saciedades.


My Lord: tú, tus ojos, tu sonrisa, el éxtasis de tu voz que me embriaga y me invita nefelibata a rendirme  en el embeleso de esta apasionada batalla, donde el magnetismo de tu ser me llama, cada  noche, cada mañana.


Adonis de mi cuento de hadas, épico en mi historia, no como Romeo y Julieta no, eres más que sólo eso, eres amor mío, vida de mi vida, alma mía, mi dulce embeleso.


Me declaró vencida, aceptó mi derrota, me ganaste la partida.


Ahora, aunque  vencida y rendida me siento feliz en tus brazos, añorando la dulce miel de tus besos, entre las  albas y los ocasos.


Tesoro escondido llevaba, lo has encontrado, y en tus manos descansa mi duro trabajo, de no ser enamorada de quien me ha enamorado.
- Reverencias Milord.
- Usted me ha ganado.

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