Tu piel es álgida y nívea, tu dermis reclama mis caricias,
tu labios precisan de la cercanía de mis besos,
tu integridad añora a voces los arrebatos
que has soñado cuando te agazapaste entre mis brazos,
produciendo con pasión miles de fulgores;
mas como el tacto con que sutilmente puede asirse
a la flor más espléndida y más deleznable,
así es, mujer hechicera, cómo podría manifestar
que irrumpiré sobre tu laya de encantamientos,
seduciendo a tu alma, estremeciendo a tu ser
y erizando a tus pensamientos, así te amaré.
Interno, entre cada astro, el nocturno y el diurno,
te amaré incesante cuando te mantenga
sujeta a mi estremecimiento, será extraordinario,
los ángeles visarán que cuando ocurra
la dicha de amarte inmensamente, será tan sublime,
porque esa dicha, el Amor de verdad la ratifica;
en mis destellos y espectros se origina
el ímpetu de amarte que más se acrecienta,
bello ser, así es como he aprendido amarte,
con el deleite de buscarte y engrandecerte;
y en pulir este arte mi alma se aplica,
porque el mismo gozo quiero ofrecerte.
- Autor: GDA ( Offline)
- Publicado: 14 de septiembre de 2023 a las 15:15
- Categoría: Amor
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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