De jóvenes consumíamos pirotecnias
en todo tipo de formatos,
a modo de insurgentes rompehielos,
como cachorros su golosina.
Despegábamos con nuestras pequeñas naves
sin ABS ni airbag. Amábamos a pelo y contraluz
/tan insultantemente bellos/ sobre sus asientos reclinables
o en los baños de nuestros antros favoritos,
y en la intimidad nos deshacíamos en versos
propios de extraviados mosqueteros melómanos.
Los lunes volvíamos a ser jóvenes responsables
con hiperpotenciales proyecciones de futuro.
Verde mies del progreso y el bienestar primermundista,
supervivientes de guerras atiborradas de palomitas
y cocacola al intermedio; gladiadores de acera
y madrugadas deslumbrantes, lobeznos
enganchados a planetas eléctricos y en fila.
Claro que entonces no sabíamos aún llorar de verdad.
No comprendíamos la diabólica matemática
de los intereses/riesgos medio/ largoplacistas
(la cabrona mecánica del boomerang)
ni el asco que nos envolvería mañana por haber caído
en la cruel moraleja de nuestra particular fábula de Esopo.
Éramos tan tiernos como audaces. Hijos de la Movida
y la fotogénesis del escombro, caraduras diplomados,
estirpe de suicidas con miedo a la oscuridad.
Instauramos la felación ad líbitum
y los telepizza como señas patrióticas, asumimos
los marcianitos inteligentes y los túneles de colores.
Nosotros, los jóvenes de antes,
los adultos sin terminar de ahora.
Los que escupimos al cielo
y reivindicamos el arco iris,
los que grafiteamos la luna
y al volver nos creímos poetas.
- Autor: Luis 091 ( Offline)
- Publicado: 19 de septiembre de 2023 a las 09:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Romey, alicia perez hernandez, Lale Neda
Comentarios1
Gracias por vuestra amable lectura
OO.Infinita
Nitsuga
Alicia
Pmaris
y Lale
Saludos cordiales compañer@s
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.