La vejez en su laberinto

jorge enrique mantilla

La vejez en su laberinto

 

Se esfuma lentamente la vida, de día, de noche y al atardecer

Se resigna la existencia y palidece el cuerpo y el alma al envejecer

Acrecientan los padecimientos, los quejidos, llantos y el espíritu empieza a sufrir y padecer

El laberinto empieza con el encierro, buscando afanosamente la salida y está confundida a desaparecer

Se inicia a envejecer, cuando se pierde la motivación de vivir, el cuerpo arrugado y encorvado se empieza a recoger

Cuando languidece la dopamina en el cerebro y en su sangre espesa, sin ejercicio a recorrer

Se pierden las ganas, el deseo de seguir viviendo y las enfermedades confundidas rápidamente a crecer

Se extravía el placer, la motivación y el plácido amor, con bendiciones a prometer

El cerebro deja de producir sensaciones placenteras sin relajación y el espíritu en torbellinos envolver

El cuerpo y la mente se jubila, el encierro sedentario en un claustro solitario y nebuloso, sólo a Dios agradecer

La vejez es un laberinto, es un campo árido y solitario, lleno de sombras, de soledad, de tristezas, sin alegrías y sin fuerzas para resolver

 

La encrucijada de la vejez, es un estadio seguro y completo del camino final de la hermosa vida

Llegar solitario y encerrado, es un fastidio lleno de miedos, de achaques, sólo pensando en la lánguida partida

Envejecer es un lío, que causa caos, espantos de ver de cerca la muerte de túnica y mortaja de negro vestida

El laberinto de la vejez, confunde los últimos estertores y suspiros, enredando la fatídica salida

No rendirse, ni resignarse a lo que los demás opinen y finalizar sin estocada en la arena, la corrida

No encerrarse a morir antes de tiempo y esperar el estruendo de la penosa y lastimosa caída

La vejez es confusa y enredada, así vengan con sueños placenteros dormida

La vejez es sabiduría, es experiencia, es respeto, es alegría y júbilo y debe ser por todos con amor y emoción, comprendida

La vejez es revivir anécdotas, es leyenda, es la costumbre que un día se marcha y rauda la vida sin llantos olvida

¿Acaso has visto todo lo que tenías que ver, gozar y beber, de lo que la placentera vida le ofrece en bandeja servida?

Salga del encierro a recorrer el mundo y ponga el esqueleto a bailar con las olas del mar, alegrando y motivando de la hermosa vida, su movida

La vejez, no es parar de vivir, ni encerrar el cuerpo, ni maniatar el corazón, ni hacer de la placentera vida un escalofriante y acalorado infierno, en llantos convertida

El laberinto de la vejez se debe guiar y acompañar de amigos, de familiares, rodeados de alegrías y felicidades, así sean las últimas llamaradas con pabilos encendidas

Atravesar el laberinto y disfrutar de un café, molido y burbujeante con la amante, con la esposa, con la amiga o con aquella moza querida y bandida

Surcar la encrucijada de la vejez, lleva a la vulnerabilidad y a perder la lucidez de la mente en su lánguida despedida

Enclaustrar la vejez de la preciosa vida en cuatro paredes, el cuerpo se vuelve frágil y la enfermedad sale del encierro donde estaba escondida

La vejez en su laberinto es un incordio, es un fastidio atiborrado de estorbos, donde las lágrimas del alma son con sufrimientos detenidas

Atravesar el barullo de la vejez, es un pavor, es el temor con el miedo agónico y espeluznante con el velo de la muerte revestida

El laberinto de la vejez es un paso más y el último buscando afanosamente de la esplendorosa y hermosa vida, la lánguida despedida, sin encontrar su miedosa salida.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga marzo 30-2023

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Autor: Joreman (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de septiembre de 2023 a las 11:52
  • Categoría: Naturaleza
  • Lecturas: 12
  • Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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