hoy es el mismo día de siempre y me olvido de todo
de escribir malos versos y momentos basura
de reclinar los besos y del mar de queratina
en la tarde curvilínea donde se ahorma el otoño
llueven raíces cuadradas y polinomios
y la humedad algebraica de la tristeza
apagada del día su luz cinérea
busco en el mapa con dedo tembloroso
ese lugar donde la gente no se canse de ser feliz
o donde nunca escampan las ternuras
la pesadumbre humana soportada como perros de paja
la vergüenza de vivir esperando a las puertas
de un organismo oficial para ser atendido
la súplica ante la incomprensión burocrática
entablar conversaciones inicuas con desconocidos
hasta el ahora es su turno y vuelva usted mañana
sobre una frase leída pienso y me pregunto luego
cómo no se me habrá ocurrido
no haberla escrito antes y me sulfuro
mientras espero una reparación en el taller de mecánica
me brota el rizoma del recuerdo
cuando alguien supuso que venía de otro planeta
extraño ser en mí este que habito
todo este mundo impregnado de soledad
y apegos ocultos a vista de dron
quieto entre los pliegues de la memoria
sin notar lo que he sido
ese ahogo roto cuando despierta el corazón
y nada está lo mismo
- Autor: Francisco M. Ortega ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2023 a las 12:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Haz Ámbar, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Hola, Francisco.
Pasé por tus versos y el tema me ha inspirado.
Si se convierte en un poema, te digo algo:
"Hoy. Es el mismo día cada vez.
Escribo malos versos curvilíneos
ahogando un mar cuadriculado
en un suspiro de tristeza."
Hay muchos espacios enduendados en tu poema. Me quedo con éste:
"busco en el mapa con dedo tembloroso
ese lugar donde la gente no se canse de ser feliz"
Interesante. La ideas como las fichas de dominó alineadas van cayendo una tras otro al ponerse en contacto. Gracias.
Hola, Francisco. El poema terminó así. Tú poema lo inspiró. No me salió muy bien, pero es así esto de escribir: un pieza de dominó que cae y empuja otra y otra.
Gracias de nuevo.
El mismo día cada vez.
Escribo versos curvilíneos
ahogando un grito apenas sombra
en un suspiro burocrático.
Títere roto del poema
inaccesible y discordante;
del no sé qué que queda corto
quedo tartaja de mi mismo.
Agh! Qué carcaj balurdo y mudo
sin flechas rojas o asonantes
llevo en la tinta y la memoria.
Tuerzo la frase y pujo un verso
en el reverso del papel
ya ajado, roto, indiferente.
Nada de nada y esto es todo.
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