Cuando el dolor no me embargue más,
habré triunfado,
Las cicatrices del alma se irán desvaneciendo,
El peso de un pasado lejano, liberado,
En el flujo del tiempo, aventurándome.
Las lágrimas que una vez derramé con pasión,
Transformadas en fuerza y en sabiduría profunda,
Las sombras que en mi mente se ocultaron,
Se despejan, convirtiéndose en luz y valentía.
El corazón, quebrado en pedazos, hoy completo,
Late al ritmo de nuevos latidos apasionados,
Las penas que antes me asediaban en tormento,
Se transforman en arcoíris compartidos y apreciados.
Las cadenas que aprisionaban mis pensamientos,
Ahora son simples hilos rotos y deshechos,
Mi ser, antes perdido en los abismos del sufrimiento,
Resurge libre, en paz, renacido y recompuesto.
Así, cuando el ayer ya no cause dolor,
Seré un faro de valor y resistencia,
La vida florece en su plenitud, sin temor,
Cicatrizando cada herida con paciencia.
Y en el horizonte, una luz brilla con intensidad,
Esperanza y amor en su resplandor eterno,
El alma se llena de una chispa de serenidad,
Cuando el dolor se transforma en amor sincero.
De esta manera, con cada paso en mi senda,
Me acerco más a la calma que anhelo,
Cuando el dolor ya no me embargue, habré vencido,
Y en paz finalmente reposará mi alma, en su vuelo.
- Autor: Ellie (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2023 a las 21:36
- Comentario del autor sobre el poema: EL TRIUNFO QUE SENTIMOS CUANDO LAS CARGAS DE LA SE ALIGERAN Y PODEMOS SEGUIR REMANDO EN EL MAR DE LA VIDA .
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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