¿Y qué sabrá el mar de tostar cenizas?
¿Y los halcones del consuelo del ciento volando?
¿Y las volteretas de alerones tornasolados?
¿Qué sabrán tus bragas de lo que se mojan por las noches?
De sueños, de rencores, de esperanzas y agonías,
de huracanes de mañanas de papaya con naranja,
de los ecos de jadeos de galgos flacos
huyendo de los tiros de su dueño
por comerse a la liebre atrapada.
Tu hambre con mi ayuno.
Un síndrome de Diógenes
de lenguas trenzadas
en látigos de fuego.
Mi sed con tu falta de café,
que apago triste y torpemente
como un niño con su regadera
sobre la montañita de arena.
Todas ellas, mis lágrimas saladas
que se pierden
como si quisieran
atravesar la tierra entera,
reaparecer en otro océano
y reorganizar el clima
que rodea a tu pelo
para que nunca más
necesites mascarillas.
Para que por siempre
podamos traspasarnos
los delirios entre nuestras bocas
sin miedo a que se sequen
por la calima
de esta pena.
- Autor: Golpe de mar ( Offline)
- Publicado: 21 de septiembre de 2023 a las 18:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Haz Ámbar, alicia perez hernandez
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