Las prioridades
—Yo soy más útil que tú, yo mantengo los alimentos frescos para que no se pongan malos —le dijo el frigorífico a la lavadora.
—Eso te crees tú. Si no fuera por mí, estaría toda la ropa sucia y haría un olor…
—No sé por qué discuten, si la más importante soy yo; sin mí, se morirían de hambre, o se tendrían que comer los alimentos crudos —afirmaba la cocina.
— Ja, ja, ja, no digas bobadas, coci, con el montón de comida que hay hoy en día, que no es necesario cocinarla —alardeaba el televisor.
— ¿Por qué dices eso, teli, tú que no haces nada en todo el día? Nosotros al menos hacemos algo de utilidad, ¿pero tú, que haces? —le contestaba la cocina al televisor.
— ¿Que no hago nada?, tú crees que es fácil entretener a los humanos, con lo raritos que son —le respondía el televisor a la cocina.
— Como no nos pondremos de acuerdo (aunque estemos toda una vida discutiendo) sobre quién de nosotros es el más importante para los humanos, propongo una cosa –dijo el frigorífico.
— ¿Qué propones, frigui? –le dijo la lavadora.
—Que dejemos de funcionar durante una semana, a ver a quien echan más en falta los humanos.
— Me parece muy bien –dijo la lavadora.
—Yo también estoy de acuerdo –dijo el televisor.
—Es una buena idea –dijo la cocina.
— ¡Hola, cariño! ¿Cómo te ha ido el día?
—Muy bien, pero estoy harto de comer embutidos. No me eches más bocadillos de embutidos:
— ¿Y qué te echo, si tampoco quieres platos preparados?
— Me haces alguna cosa por la noche, que me llevaré la fiambrera. ¡María, esta cerveza está caliente! ¿Es que no funciona el frigorífico?
—Eso te quería decir, José, que ni va la lavadora, ni la cocina, ni el frigorífico.
— Veré las noticias, porque en esta casa no funciona nada... ¡María! ¿Qué pasa con la tele?
— Es que no me has dejado acabar, la tele tampoco funciona.
— Esto no puede ser ¿Has llamado al técnico?
— ¿A cuál de ellos, José? —
¿A cual va a ser?, al de la tele.
— Pero José, estamos a final de mes y no queda dinero nada más que para arreglar un electrodoméstico.
—Ya, por eso te dijo que la tele.
— Prefieres tener tele y no la cocina para cocinar, o el frigorífico para tener las cervezas frescas. La lavadora lo puedo entender, que de momento no se arregle, porque puedo lavar a mano. Pero los otros, no lo entiendo.
— María, la cerveza la puedo beber a temperatura ambiente, también puedo comer embutido y algún que otro plato preparado, y todo eso lo aguantaría. Pero no soportaría perder un capítulo de mi novela favorita, después de llevar doces meses viéndola, o no poder ver mi partido favorito.
María miró a José, y le dijo —: Tendrás tele, esposo mío, pero de lo demás te olvidas.
—Nunca lo hubiera pensado, que tú serías el ganador –dijo la cocina.
—Lo mismo digo –afirmó el frigorífico.
—Si me lo cuenta, no me lo creo —dijo la lavadora.
Días más tarde, los alimentos se habían estropeado, la ropa estaba sucia y todos estaban con mal de estómago, de comer tantos embutidos y platos preparados. Si queremos andar bien por la vida, debemos saber qué cosas tienen prioridad. G.J.Pavón
- Autor: EL DITERO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de octubre de 2010 a las 15:33
- Comentario del autor sobre el poema: En la vida debes tener claro tus prioridades, si no las tienes, nunca iras bien.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 25
Comentarios1
BELLO RELATO QUE HOY NOS ENTREGAS . PLACER SIEMPRE TUS LETRAS .ABRAZOS .LUCERO
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