El día en que me haya ido
El día en que se detenga el tiempo con el alba al amanecer
Y no haya más arreboles anaranjados en el caluroso atardecer
Y las lloviznas entre las montañas esperen que salga el arcoíris y se esconda para nunca más volver, ni con sus bellos colores a aparecer
Ese preciso día me habré ido, sin entender la vida, sus bellezas, su maltrato, ciego y adolorido sin comprender
El día en que no haya pan, ni cereales, ni frutas, ni animales, ni el alimento para comer
Y los ríos se hayan secado y sólo quede su camino sin agua para amortiguar la sed que clama beber
Los peces salten muriendo en sus orillas y el hambre, el hombre empiece a padecer
Ese mismo día me habré marchado presuroso y como un rayo veloz desaparecer
El día en que las montañas con su frondosa selva de árboles empiecen en llamas a arder
Y no haya lluvias que apaguen los incendios en lenguas de fuego al infinito a ascender
Y la hermosa luna llena no vuelva a aparecer, ni en la madrugada, ni al anochecer
Y el canicular sol queme las entrañas y el cuerpo a despellejar en sangres a borbotones a enrojecer
Ese día zarparé sin barca, ni timonel y el agitado mar me arropará con sus agitadas olas en remolinos a envolver
El día en que no haya emoción, ni se le encuentre pasión a la placentera y hermosa vida
Y se convierta en un laberinto oscuro y tenebroso de sombras y neblinas, sin entrada, ni salida
Ni haya descanso, ni paz, ni sueños placenteros y duraderos para la agitada dormida
Ese justo día me habré ido despavorido y raudo, en un infierno la vida convertida
El día en que reine el silencio y la triste soledad sea la única preferida
Y la preciosa vida se convierta en un maremágnum desordenada de caos, odios, egos, vanidades y soberbias atrevidas
Y se desangre en llantos de dolor con heridas abiertas del alma y corazón sufridas
Ese día ya me habré ido y serán mis últimos pasos en mi agónica y lánguida despedida
El día en que no haya pasión amorosa, ni se le saque el elixir a la vida en el recinto de las habitaciones
Ni la emoción por el ser querido haga latir a los sufridos y sangrantes corazones
Ni haya habladurías, ni reuniones, ni confesiones, ni interés en las reflexiones
Ese mismo día me habré ido raudo con mis poemas a otros lares y a recitarlos a otros balcones
El día en que el precioso y valioso aire surque la atmosfera contaminada y asfixie las agitadas respiraciones
Y la hermosa vida se llene de caos, de guerras, de explosiones nucleares, llenando la tierra de miedos terroríficos, de sombras siniestras y confusiones
Y las trincheras, calles, ciudades y poblados se llenen de sangre por las explosiones mortíferas de los tanques con sus cañones
Y todo el medio ambiente se contamine y muera la verde y hermosa naturaleza, sin aire limpio para los pulmones
Ese mismo dia me habré marchado sin un adiós, ni una despedida, sólo pidiéndole a Dios sus santas y esperadas bendiciones.
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga septiembre 21-2023
- Autor: Joreman (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de septiembre de 2023 a las 19:54
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 4
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.