UN VIAJE A LA ESPERANZA.

UN VIAJE A LA ESPERANZA.

De seguro, nuevamente me dirás que no, pero yo aun espero ver brotar la primavera en las rosas de tu rostro. Aun surge la esperanza de sentir el néctar de tus labios en los míos, aquietando el viento frío de una frase mal guiada. Todavía queda el bálsamo de otro cruce de miradas inventando un horizonte, desafiando a tal paisaje provocado por las luces de una nueva aurora en ambos.
Sé que tú dirás que no. Pero aun alcanza el río para hallarte destinada a regar nuestras praderas, los tocados pastizales, las domadas rosas bellas y los tan celestes brillos de los lirios desafiantes. Aun me quedan aguas para ir por tus perfumes, por tu calma cegadora, pétrea, brava y algo más.
Y otra vez lo negarás. Y otra vez seré yo el hombre de tu bosque ensordecido, el que asombre a las palomas de una tarde igual a tantas: y por solo ver tus ojos con sabores elevados, inocentes, depurados, y que inspiren solamente lo que en ambos hemos visto.
Otro NO veré en mi frente. Sin embargo no en mis ojos. No dirás que NO al poeta de la flauta embelesada. Una noche, de atrapada, que tenga vista para amarte, ha de ser la sombra alada que dibuje los suspiros hasta el salto que dé el alba.

Y dirás que simulaste, que borracha viste un frágil decorado de la vida, una frase o loba imagen de tu ser sobre mi ser, una breve golondrina regalando libertad. Pero va a ser la verdad la que prime todavía, y la sombra que tú busques no será la convencida, ni la más lujosa herida que separe nuestras almas, sino la que elegida nos dé un viaje a la esperanza.