CICATRICES (c)

OSCAR LUIS GUZMAN

Con la luz radiante de sus ojos,

como arpón desgarró mis adentros…

y destrozó mis vísceras sin compasión…

 

Y yo, impetuoso marinero,

que a su nave le entrega su vida con pasión,

le di mi corazón, para después

naufragar en el inmenso océano del amor.

 

Y naufagué sangrando de los pies en una isla de coral 

acabando como un cordero, preso;

atado en un altar, esperando su deceso…

 

Ingenuo y fatuo amante, me arrojé cual ufano navegante,

como todos aquellos que así nos entregamos

con entereza, con pasión… Todo lo damos;

aunque perdamos todo...

 

Aun sabiendo que el paso de los años

jamás podrá borrar la potencial herida.

Pues su mirada fascinante se hizo parte de mi anatomía,

y así dejó en mi corazón la cicatriz marcada para toda la vida.

 

El dulzón de sus besos que yo amé sin medida,

amargaron mis días y con su miel

dejaron a mi vida por siempre envenenada…

 

Fui oferta para un dios de piedra, el dios del amor;

aquel que no siente nada por sus presas;

igual que tantos otros seres que no tienen corazón…

 

*

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