DIÁLOGOS APOLOGÉTICOS SOBRE LA HUMANIDAD DEL INDIO.

RENNY LOYO

No sos como yo, por tanto no pensas como yo

yo que me considero único, te veo extraño,

tu extraña manera de saludarme me sorprende y me distancia,

no te pareces a mi.

 

Aunque tenes un cuerpo parecido al mio,

también el mono se aproxima,

pero esa forma de pensar,

me resulta bárbara.

 

Bárbaro eres si no pensas como yo,

yo vengo de una cultura natural,

como natural es mi lengua a mis conciudadanos

de donde eres, hay muchas lenguas.

 

Tu desnudo inmoraliza nuestra mirada,

tu provocación inmoral atesta nuestro espíritu,

es natural de donde vengo vestirse,

es natural en los animales andar desnudos.

 

Por eso digo, casi te pareces a mi,

pero no sos igual a mi.

Ni pensas como yo,

ni eres como yo,

 

Tu mente rebajada como un niño se comporta.

eres inferior a mí,  hasta tu lengua te delata.

Tu idolatría espanta y aterra las almas buenas y bondadosas,

vivis en la oscuridad.

 

Comes la carne cruda, incluso insectos,

mi refinamiento me obliga a vomitar solo verte comer

Los animales se comen unos a otros y tu te los comes a  ellos.

No sos como yo.

 

Eso eres, un desventurado de Dios,

necesitas mi tutela, seré tu amo y tú mi vasallo

comerás decentemente, tendrás la libertad de trabajar,

de respirar,  de vivir hasta que tu mente dicte lo contrario.

 

No sos como yo, ni eres como yo;

lo natural es que seáis mi esclavo,

aprenderás de entre los hombres las costumbres

y luego, ya veremos.

 

Que los doctos de Salamanca discutan,

lo justo o lo injusto de este dilema,

sos mi esclavo,

así resuelvo el problema.

 

En el nuevo mundo manda el hombre,

que se apega a los principios claros,

al que se le ha dado inteligencia

y una fe divina.

 

La preclara idea de los sabios antiguos

han dejado el testimonio de lo divino,

que el animal como el simio

no se le entregó el completo dominio.

 

Al hombre que de Europa vino

antojase de estas tierras de indios,

encontrasen con seres incompletos

que requieren conducimiento.

 

Ni sabe de aprovechamiento,

de tanto terreno cedido,

Dios le hado el tiempo

hasta que la Reina vino.

 

Acabose el desprecio que por el comercio tiene,

que por falta de ciudades no se parece a lo convenido

por tanto sin religión,

que no es un ser humano, hemos concluído.

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  • Autor: RENJOSLO (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 3 de octubre de 2023 a las 16:29
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 20
  • Usuarios favoritos de este poema: Una voz
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Comentarios +

Comentarios2

  • jvnavarro

    Un poema muy entrañable y con una gran carga emocional
    Me ha gustado
    Un saludo

  • Una voz

    Desprecio, altanería, odio, diría resentimiento ante lo contrario, lo frágil, lo débil, lo menesteroso, pero en América existía ya el mismo mal. Realmente el indígena es humano, y su conquistador un falso profeta y sus vasallos.



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