No te rindas nunca muchacha
por más que llueva, truene, refucile
si el árbol no le teme al hacha
dile a tu corazón; decile;
que si es amor no habrá quien lo fusile.
A veces yo te leo
sumida en la tristeza que hago mía
y juego a ser Romeo
como una alegoría
que convierte a la letra en alegría.
A veces el zureo
de la orquesta solar en la persiana
se acomoda al solfeo
que mide mi mañana
con la alfaguara que tu voz dimana.
A veces es Morfeo
el que en el sueño que agoniza grita
los versos que surfeo
mientras el alma edita
la arbórea timidez que nos evita.
A veces el pareo
con el que adornas las estrofas cae
y en el desnudo veo
la elegancia que atrae
en cada verso que su cuerpo trae.
A veces yo me creo
que compongo en tus versos mi silbido
y en el labio peleo
igual que con mi oído
como si fuera un beso dolorido.
Mas hoy de madrugada
me despertó un milo silbador
plagiando en su andanada
el canto del amor;
era tu ditirambo y su calor.
- Autor: Sergio D\'Baires (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de octubre de 2023 a las 07:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Luciana Rubio, Lale Neda, LORENZO ARATU
Comentarios2
Me ha encantado tus liras...junto al sentir una de mis favoritas estructuras ... Abrazo
Bellas liras, Sergio. Deliciosas.
Me gusta tu presteza,
tu innata habilidad que es constructora
de versos con belleza,
que con arte elabora
poesía, que siempre me enamora.
Un abrazo.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.