Como un abismo
que se abre entre los dos
después de decir adiós
ya no seremos los mismos.
Seremos extraños
que coincidieron un instante;
o quizás finjamos no recordar
lo que bebimos
de los dorados cálices del amor.
Ah! pero algún verso puntual y ardiente,
alguna línea predestinada
de nuestro libro favorito,
tal vez la letra de una melodía inusual,
nos harán volver la mirada
hacia un olvidado rincón de nuestra memoria
donde seguramente
ya no quede nada de nuestra historia,
solo cenizas y, quizás, remordimiento.
Pero contentate, que al menos dejamos
una huella el uno en el otro
y al acabarse el paisaje de estrellas del cielo
podremos fugazmente pensar en nosotros...
Oh! mi hermosa y pequeña diosa,
dueña de los orbes de mi imaginación
y de los impulsos salvajes de mi corazón,
aunque ya no esté tu presencia gloriosa
como un fantasma persistente,
como el aroma de una flor inexistente,
seguirás presente a mi lado...
Y cuando en el atardecer brumoso
escuches un rumor lejano llamando tu nombre
con un profundo cariño y honda melancolía,
piensa que soy yo
llamandote desde el otro lado del abismo.
Conocimos el amor
y al decir adiós
ya no podremos ser los mismos...
- Autor: Norman P. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de octubre de 2023 a las 15:55
- Comentario del autor sobre el poema: Y aunque nos digamos adiós los recuerdos se niegan a despedirse, quién puede arrancar del todo las flores que crecen en el corazón?
- Categoría: Amor
- Lecturas: 14
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.