Entristecido de ser el más alto, Ciprés,
vigilaba sus decrépitas ramas, abatidas,
ondulaba al viento su profundo sentir,
emocionado por su vulgar parecer
La diosa Eolo domaba su esbelta figura,
despeinaba sus resistentes frondas,
cuando una visita repentina, la tórtola,
pretendía aposentar a su venidera familia.
Quiso Afrodita premiar al esbelto ciprés,
Al amparar el amor de la familia Tórtola;
Destinó el bello carro de áureos arneses
conducido de gorriones, regalo de Safo
En el mágico amanecer, rayados del sol
inciden escamosas hojas verdes, gema elbaíta.
Destellos de longeva purpura turmalina, más
liddicoatita de Madagascar, rojo sangre
Y ya empatiza el ciprés, fiando su delicado amor
a los nuevos polluelos, diminutos tortolitos;
el guardador de secretos, de la gran conífera,
quién pudo ser: ¡algún homínido cultivador!
¡Ahora sonriente, de ser el más alto!
- Autor: Leoness (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de octubre de 2023 a las 15:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 12
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