Que suave Y reconfortante es este pastito que me sirve de colchón.
Que agraciadas son las ramas de aquel palo borracho que se mueven tan delicadamente que me sorprenden y de golpe logran despertarme del sueño de un vida narcoleptica.
Esos cientos de brazos se mesen con tal finura que bajo aquel árbol parezco un niño en una cuna.
Por un momento...
Cierro los ojos y respiro profundo
por un momento...
Comienzo a frotar las manos por el césped, por las ramitas, por las hojitas
Por un momento
Siento el rocío del césped, lo palpo y lo huelo,
Por un momento
Comienzo a agudizar mis sentidos y sentires hasta el punto de palpar y oler la corteza resquebrajada de ese árbol tan anciano que me acoje sin reclamos.
Por un momento
De este modo la naturaleza me absorbe...
En un cantico de los pajaros, de las pisadas de las cientos y miles de hormigas, del sonido de las ramas y las hojas que a veces al bailar con el viento caen al suelo.
Una rapsodia apabullante, pero no amenazante.
Que emborrachante es ese instante, este instante.
Por un momento la mente se despeja y los ojos comienzan a pesarme cada vez más y por otra parte se comienza a alivianar mi sonrisa por el estar a gusto, de estar acostado en el pasto mirando el cielo sin más.
- Autor: Cuervo pelirrojo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de octubre de 2023 a las 00:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
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