Llueve. La gente corre y se guarece
en tiendas y almacenes. Todo es frío
de repente; sin luz sin Sol. Un río
nace urbano y un rostro palidece:
-entre tantos, un árbol estremece
sus ramajes, sus hojas, al sombrío
mirar indiferente del hastío
que mece el alma y que a la lluvia mece-
Llueve afuera y adentro, gris de cielo.
Las aguas continúan anegando
avenidas. Paraguas despectivos
se sublevan y algunos alzan vuelo.
Y yo sigo, perplejo, contemplando
que, en el árbol, los nombres siguen vivos.
- Autor: Enrico Espino (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de octubre de 2023 a las 18:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Syol *, Dante Cruz Velez, Lale Neda, Alberto Escobar, alicia perez hernandez
Comentarios2
maravilloso !
La vida late bajo lo cotidiano, la lluvia, y la prisa que inspira a los viandantes. Un saludo Carmen, bonito por sensible.
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