Masticando poesías
se me ha atragantado un hueso
y es que eso de comer y hablar
encima de estar feo,
te puede llevar de cabeza al médico.
Era esta una poesía melodiosa,
había sido escrita
por rapsodas,
para que un coro de serafines,
a una sola voz
y con tres instrumentos,
subidos a la cumbre de un cerro
la declamen de esa forma
que solo los dioses pueden hacerlo,
para general reconocimiento
de la humanidad
tendida a los pies
de aquel festival rocambolesco.
Allí todos estábamos
juntos y revueltos,
de aquí y allá,
de estos y otros momentos.
Vi a Virgilio de lejos,
recitaba poemas
de su Eneida
y lo hacia con una elegancia
extrema
¡casi me muero
de aquel gozo extremo!
Hablé con Homero
y me dijo
que París y Helena
eran el uno para el otro
algo parecido a un caramelo.
Platón me dio recuerdos
para los poetas de "Poemas del alma"
me dejó el encargo
de que les diera a todos y todas
un gran beso,
y que una frase
quedará en nuestro recuerdo:
“De noche, especialmente,
es hermoso creer en la luz”.
¡Que bonito y que belleza!
Julio Cesar no paraba
de jurar que Bruto
lo mató por miedo,
y que si volviera a nacer
criaría borregos,
en alguna de las colinas
de aquella ciudad
que el hizo crecer
con mano de acero.
Y Nerón tocaba un arpa
mientras prometía
otro gran incendio.
Lo suyo era un delirio cierto.
Miraba de reojo,
tenía pinta de poseso
de esos
que solo piensa en matar
para complacer a su ego.
En aquella verde pradera
vi a Libertadores
jurando volver de nuevo,
para emprender cruzadas
ya que algunos gobernantes
se habían desviado
de aquellos juramentos
de lealtad y servicio,
humildad
y poner lo mejor al servicio del pueblo.
En una taberna,
junto a un faro
y cerca de la desembocadura
de un riachuelo,
estaba Descartes
explicando su Discurso del Método,
al tiempo que pasaba Engels corriendo
pues había una manifestación de obreros
y un tal Max quería practicar con ellos
sus teorías marxistas
con toda clase de actos y de aspavientos.
Engels casi llorando me confesó
que al lado de Marx
siempre había tocado el segundo violonchelo,
y mira por donde en un campo de banderas
sobresalía en medio una blanca
que era la maravilla del mundo entero.
¡Que día más glorioso,
cuanto me divertí en mis adentros!
por fin le podía dar la mano a Darwin,
mira que lo quiero,
por decir que venimos de los monos
y no de las gallinas ni de los perros,
pues no me veo poniendo un huevo
ni ladrando mientras saboreo
el tuétano de un hueso.
Allí, que ternura,
llegaban las notas de los versos
entre altos y bajos acordes
de voces de los serafines
tan bien definidos
para hacer aquello
que solo los castrati pueden elevar al cielo,
voces angelicales estas,
que removiendo
las nubes
y sacando de ellas sus cristales de hielo,
enviaban saetazos al estilo de Cupido
para enfriar nuestros pensamientos.
Vi en aquel encuentro a gentes
de todos los colores y cleros.
Allí nadie hablaba de guerras
ni de política
ni de otros camelos,
todos escuchaban,
todo era un silencio,
hasta que aquella astilla fina
se me quedó clavada
en el cielo de la boca
y tuve que con fuerza y estruendo,
quitármela como pude
para seguir disfrutando del evento.
El Rey Micerino de Egipto
me dijo jovenzuelo,
escribe sobre lo nuestro,
las pirámides y lo mucho
que mi pueblo hizo
por la cultura de su momento.
Habla de Keops mi abuelo
y di que respeten nuestros restos
y que no los exhiban
como si fuéramos
embutidos caseros.
Agradecido a todos
y ya el cielo de la boca
por fin tranquilo y sereno,
me retire a mis aposentos
y para gozo terrenal
no se me olvida ese instante
que cuento,
para general conocimiento,
allí estaba Cleopatra
que acababa de reñir con Marco Antonio,
en un estanque lleno
de leche de burras y de camellas,
me esperaba vestida con un fino lienzo,
la seda de su tul dejaba ver
aquel monumento,
que más parecía una gracia divina
que una reina llegada desde lejos,
para propiciar ese encuentro,
y de lo demás ya ni cuento,
sonó el despertador
y tenía que salir corriendo
para coger el metro
y volver a mi trabajo en el matadero,
para desollar carneros y ovejas, terneras
y conejos, con velocidad de rayo
si quería no perder mi puesto de trabajo.
- Autor: jvnavarro ( Offline)
- Publicado: 29 de octubre de 2023 a las 04:45
- Comentario del autor sobre el poema: Estas cosas solo suelen ocurrir una vez en la vida y yo he vivido ese sueño del cual no me avergüenzo. Un sueño bonito más que nada porque he tenido la oportunidad de hablar con alguno de los grandes de la historia y esto me ha llenado y mucho, pero la verdad es que lo más importante es la lección que he podido sacar y es que se reduce a esta simple frase: que toda la vida es sueño / y los sueños sueños son”. Esta es una frase de largo recorrido, no mía, ojala lo fuera.
- Categoría: Humor
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, VOZ DE TRUENO😉, Lale Neda, José López Moreno., alicia perez hernandez
Comentarios4
Este poema me recordò mi estadìa en el Profesorado. Los tiempos en que soñaba despierta y leìa por placer. A veces pienso que lo volverìa a hacer una y otra vez. Es esa pasiòn la que hace que me sienta viva dentro y fuera de este sitio. Gracias por escribir!
Asi en esta práctica de la poesía hay que explorar todos los sentidos y dejarse llevar
Un saludo y un abrazo
Digno es decir que me atraparon tus letras...fue un magnifico sueño.
Saludos.
Muchas gracias por su comentario
Un saludo
Buen recorrido con humor fino lleno de ingenio que deja luces ....Abrazo del Alma
Muchas gracias por su contestación y un abrazo fraternal
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