Dos sonetos mitoilógicos / Noche de aplomo

Romey


AVISO DE AUSENCIA DE Romey
Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.

 

Eterno trecho al que se echa Dionisio

con tremenda borrachera, y mas vino,

descorchando verde boteya del tinto

para gozar otra vez del saber místico

El señor Hades ve todo esto

como dentro de un sueño, tambien ebrio

y riendo entre las sombras de los muertos

que van viniendo aunque nadie hace el recuento

Sobre el lecho florido dormita

toda la noche Afrodita la bonita,

mientras la fealdad del mundo merma

Y el mar se menea en las manos del tritón,

las lágrimas que recolecta el triste dios

Poseidón, pensando en cantos de sirenas

 

La Diosa traviesa, con una blanquísima sonrisa

En su boca perversa,

A inquina aniquila, demuestra su inocencia

Blandiendo un arma vírica...

 

El Dios de la tormenta incuba erradas promesas

Que serán cumplidas:

Ya se niega a buscar ayuda a su yanto en una tierra

Consumida por la codicia

 

Del humano, esa hormiga que tienta el trono;

Este ser macabro, del averno!

Él, él solo y solitario contra todo

 

Lo divino; éste bicho que echa mano al cetro

Olímpico... Ha vuelto Prometeo

A traer a los muertos el alivio prometido.

 

 

Noche de aplomo...entra la fábula
Através de esta ventana redonda...
Cristalina se ve clarísima la Luna...
Está sola como ninguna...en la sombra?

No; hay bastante luz a su alrededor...
Casi que se cae como la yuvia...mejor...
La miro invitarme a volar y no lo dudo,
Elijo fijo el camino oscuro...voy profundo

Buscando algo de amor...calor de un cuerpo
O esa sensación de estar soñando despierto,
Constelando este negro cielo extraño...

Trás el cristal empañado veo clarísimo
El destino, sus extravagancias y desvíos...
Y mi alma de niño se lanza a darse un baño

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