Momentos

   Creo que hubo algunos momentos en que en ocasiones me he olvidado de las llagas que deja el tiempo; en ellos yo me desenvolvía como si estuviera hipnotizado por tus ojos y la profundidad que hallo en ellos, pues es de ellos en donde yo cojo mis rimas para transformarlas en poesías qué tú luego disfrutarás en la desnudez de tu cama. Sin embargo, es en esas mismas ocasiones cuando después me encuentro a mí mismo, adquiero consciencia de mi propio ser y de mi verdadero valor como poeta, ese que también me da el sabor de tus labios tan sólo rozarlos con los míos y hacerte el amor con locura desenfrenada después. Pero la pasión a veces tiene sus propias tretas. Yo me daba cuenta de ello, pues en ella yo me amanecía a la luz de tus estrellas que comenzaban a iluminar mi cielo cual sol fueran. De ellas yo cojía también mi inspiración, imaginando que tu brillo quedaba impregnado en cada una de mis rimas, y luego me acompañaba por el resto del día, para así poder sentirte otra vez en una nueva noche en la que yo otra vez me disfrazaba de poeta, y que con nuevas rimas te hacía parte otra vez de mi cielo en un nuevo amanecer.

   No sabes cómo es que en esos momentos yo soñaba con hacerte el amor, poder tocarte a la distancia con mis versos, esos que tú jurabas disfrutar cada noche en tu cuerpo húmedamente desnudo. Estoy seguro de que mis caricias imaginarias te hacían temblar con esa pasión que yo te juraba en mis rimas, pues esa es la esencia que yo después comprendía al disfrutar de lo que en esos momentos yo creía prohibido, o incluso hasta inalcanzable. Así creo que me dí cuenta más tarde de que mis versos conservaban esa magia que había soñado yo en tu piel desnuda, pues sabes cuán incontrolable era esa fantasía que provocabas en mí en esas noches. De decirte basta que incluso yo me sentía también parte de mis rimas, ya que en ellas la distancia carece de significado absoluto, por lo que yo también sentía tus temblores de lujuria, tu propia humedad desnuda, ¡y hasta ese gemido que por mí dabas!

   Así te soñaba en esos momentos.

   Así te hacía el amor en mi propio estilo.

   Así te he aprendido a sentirte en mí cada fragmento, pues en cada una de mis nuevas rimas no dejo de soñarte y hacerte el amor todas las noches, como si pensara que no quedara otra vida más allá de esta distancia que a tí siempre me mantendrá unido.