Confidencias ante la vela

Romey


AVISO DE AUSENCIA DE Romey
Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.

Al vacío aquel caí con lento desplome

y un furor huracanado, errando solitario

todas las noches, luchando contra el cansancio

Me perdí en mí mismo: un abismo enorme

se abrió, y al otro lado el amor

me pareció tan triste e irrisorio...

El choque sucede aun hoy: el galope,

lo oigo silencioso, cada vez que alzo la voz

El dolor se me presentó en el corazón

con forma de infame monstruo;

fue un bloqueo, una interrupción al orden lógico,

el caos de mi imaginación desatado...

Caí lejos, en un lugar devastado,

donde la desolación de los muertos

había hecho su hueco...

Ayí me desperté dormitando

sobre el tejido áspero, escamoso,

de un sendero muy largo, olvidado...

Eternos siglos de ausencia

para esta estreya que finge desfayecer

como la beyeza cuya sombra personifica

la obra perfecta de un genial artista

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