Las palabras sobran

Hay cosas que no hablamos, hay cosas que sentimos, 

no me hace falta decir que amo el color de tu pelo,

Porque te he dicho mil veces que es mío,

No hace falta entre nosotros la desconfianza,

Porque, aunque el cuarto se encuentre con mucho ruido,

El eco de las paredes me recuerda tu ruidosa risa, capaz de inundar una habitación vacía,

Y me haces tanta falta, como si de pesar el aire englobara mi padecer enseñándome a tejer con recuerdos el número de tus cabellos,

Si tuviera la capacidad de ser tejedora de recuerdos, tejería el hilo de nuestras vidas, abriéndonos caminos,

Desearía hilar el casarnos mañana, tener hijos, y estar tomando un chocolate caliente una tarde de octubre  junticos,

Pero me perdería de las miles de citas que aún esperan a encontrarnos juntos,

Tu sabes que, te extraño,

Porque si algún día decides desposarme y alejarme de casa, aunque vivamos en la cima de la montaña, diría que si y sin maletas nos iríamos juntos,

Y a pesar de cumplir los 80 años, te juraría que después de tener tantos años de pensarlo, es la mejor decisión que mi tonta cabeza pensó, sin pesar,

como si mi corazón tomara las riendas, y les dijera a mis neuronas, cegadas, dopadas, si, mil veces si,  porque tú eres mi mundo.