¡No hagas el ganso!

el brujo de letziaga

Está mañana como siempre madrugué, es mi costumbre habitual, pienso que dormir mucho es morir, y para las 7 de la mañana me encaminé, como casi todos los sábados monte arriba, y cuando empezó a clarear miré al cielo, si, a veces miro al cielo, mejor dicho, muchas veces miro al cielo cuando amanece, parece ser que eso es algo estúpido, mirar al cielo para qué.

 

Pues me encontraba en esa tesitura del pensamiento cuando resulta que mis ojos apreciaron una bandada de gansos en miniatura, los veía pequeños por lo alto que volaban en formación de uve, el cielo estaba cubierto, lloviznaba, cuando quise filmar con mi teléfono móvil semejante espectáculo, pero no pude, porque mi celular es de bajo coste, y su calidad no daba para tanto, sentí impotencia por ello, pero al poco me dí cuenta que lo importante era disfrutar de esa visión.

 

Comprobé una formación disciplinada, donde el relevo se sucedía entre ellos, el ganso dirigente del vértice llegaba un momento que se cansaba y pasaba a cola, y cogía el mando otro ganso de segunda fila y así continuamente hasta que se perdieron por el horizonte de lo que mi vista, podía abarcar.

 

Mas tarde continué mi camino hacia la cumbre del monte, cuando llegué a la altura del caserío donde vive mi pariente el pastor, que me invitó a un caldo caliente y estuvimos charlando un rato largo junto al fuego bajo.

 

Hablamos del tiempo, siempre que coincido con él hablamos de lo mismo, es curioso, como a la gente de la montaña le preocupa esto, y me recordó como el año pasado en febrero me dijo que aun quedaban por caer tres nevadas y acertó; y ahora, en la conversación que mantenemos me deja caer su previsión para el invierno que nos llegará en breve, y me dice que, este año el verano ha robado un mes al otoño por las buenas temperaturas que estamos disfrutando, y que por ello, el invierno esta temporada viene con un mes de retraso, pero me avisa sin paliativos, que éste será muy crudo.

 

Al despedirme le digo que, a pesar del mal tiempo que tenemos hoy pienso hacer cima a mediodía, y me responde: "No hagas el ganso, es muy peligroso ascender solo", lo cual me provoca una sonrisa gansa, valga la redundancia jeje, porque precisamente, hacer el ganso no es caminar solo, es lo contrario, ya que he visto como van en grupo solidario colaborando todos en el esfuerzo.

 

¿Porqué te ríes? Me interpela entonces mi tío.

 

Por nada por nada le respondo antes de colocarme mi mochila al hombro y partir hacia el cielo de la cima elucubrando con mis pensamientos.

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