1
La escucha define un círculo íntimo.
Hospeda al aire
con su conversación amable.
Es refugio para los huéspedes.
La voz apasiona las letras,
conmueve.
Vibración profunda,
herida que me espacia
y me encuentra entrañado,
palabra entrevoces.
2
¿Cómo desapegarse uno?
Por ejemplo, ¿cómo despedir la voz de Rulfo
forzada en mi humildad?
El cálido cuarto de resonancia
merma el paso del discurso
con el silencio de la tierra
retirada de la palabra
en sus huecos interrogantes.
La soledad siempre es una casa habitada
Y son tantos los huéspedes de la soledad.
Envuelta de aire mi visita
declama su confianza con un clima
y hacemos el amor.
Dominamos el viento
como una bandada sobre la ciudad.
3
Convoca Alejandro Apo
con su pasión ronca,
con sigilo persiguiendo un detalle
demorándolo por placer.
Vuelvo como en la cancha
y a las páginas de la cancha,
con la camiseta transpirada,
la contención de la vida en la garganta.
La vida en la garganta, la vida en un grito.
Atando voces y pasiones
lío las de básquet en madrugada
y sintonizo el festejo de Ginóbili
y claro ya es imposible no volver
a Fontanarrosa, Soriano, Sacheri, Galeano.
Con una resonancia en altavoz
y el temblor del niño que vuelve
con la pelota amante
y el gol invocado al cielo.
El bote entre piernas en piso irregular,
el bote bajo los puentes
irrumpe en las siestas.
La incertidumbre del camino
en el bote del balón.
4
Cuerdas, labios y tensión.
Clavija de la fugacidad.
Una guitarra rasguea la noche,
costurera de las Moiras.
Una venganza terrible en la radio.
Esas fueron las noches de mis lunas
en las cacerías de lobos.
5
El piano, arcón dorado de los poetas,
estremecimiento y suspiros sobrevuelan tu boca.
La marea suave de la atmósfera.
Hierbas en los pulmones de poetas.
Alud de la garganta poeta sepultado en el alba.
Y la humanidad abre la boca del piano
para emborracharse de historias.
6
La guitarra.
Otra nocturna compañera
con la lírica expresión del rasgueo
de las cuerdas del tiempo
interpreta la nostalgia
y la cofradía de las estrellas
contenidas en tu baúl de ecos
que le nacen a la noche.
Eterna contigo,
balaustrada en el vientre
de la noche de madera.
7
Al libro de Derecho Civil le pesan las tapas,
la mueca de una carcajada de Virgilio.
El café, el mate y los cigarrillos
conservan el perfume de los libros.
La química de los márgenes.
Los segundos y una mesa circular.
En la mesa el tiempo suspendido
un mazo de cartas, y los invitados.
Inhalo la noche en las páginas.
Cuesta exhalar el humor del vapor
en el espasmo de las lámparas amarillas.
©JoséLuisGalarza (2018)
- Autor: J.L.G. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de noviembre de 2023 a las 08:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Martín, jvnavarro, Tommy Duque, Dante Cruz Velez, MISHA lg
Comentarios2
Admiro tu capacidad para hacer estos escritos, mis felicitaciones Jose Luis
Saludos amigo y un abrazo.
Gracias amigo Antonio, un abrazo. Que tengas una excelente semana.
La soledad siempre es una casa habitada
Y son tantos los huéspedes de la soledad....y todos eso que nos acompaña ..música ..esos placeres que nos acompañan ....música ..lectura ..escribir ..magníficos versos donde se explora la soledad...Abrazo del Alma
Gracias Lale, la "soledad" pero "habitada", abrazo del alma. Bella semana.
Gracias Lale, la "soledad" pero "habitada", abrazo del alma. Bella semana.
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