Peor que un dolor de muela,
peor que una nota mala,
peor que una muerta de estrella,
o que una idea no sabía.
Es fingir que nada pasa
tapando el golpe con una gasa,
en el mundo donde uno quisiera
terminar a media tasa.
Por eso los hijos del divorcio
son preferibles ante la hipocresía,
o que ese destino mortuorio
llegando al final de la vida.
Por ende, este poema
es una buena salida,
para el que sufre por el dilema
de acicalar fantasías.
Por eso, del mismo infierno
yo creo haberme escapado,
pues esos días eternos
tantas lágrimas me han dejado.
Por ello, del mismo infierno
nunca se escapa curado,
puedes creer en ello
o vivir destrozado.
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