Arde en tus ojos el fuego que enciende,
Yo no ignoro más tu ruego insistente,
No es odio, no es amor, sino la lumbre ardiente,
De tu pasión desbordada, incandescente.
No aguardes que me quede quieta en la sombra,
Pues mi espíritu se alza, rebelde y sin tregua,
Desafiando los vientos que intentan frenarme,
seré sin medida, sin mengua ni premura.
Si me provocas, no esperes respuestas,
Mas tampoco me subestimes por entera,
En mí arde un incendio en constante batalla,
Y aunque agonice, siempre encontraré la manera.
Así que, no te pienses serio,
Déjame ser tonta, cursi y libre a tu lado,
Porque contigo los miedos se vuelven vacíos,
Y las cadenas un tejido sagrado.
- Autor: Elizabeth Nanais ( Offline)
- Publicado: 15 de noviembre de 2023 a las 03:35
- Categoría: Amor
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Lualpri, Lale Neda, alicia perez hernandez, Aqua Marina, Ed-win
Comentarios5
Gran final con una metáfora que cada lector puede entenderla dependiendo del momento que esté viviendo.. .me gustó. Saludos
Versos espectacularmente bellos
Wuauuu, hermoso!!!
Este verso en especial me encantó
"Así que, no te pienses serio,
Déjame ser tonta, cursi y libre a tu lado,
Porque contigo los miedos se vuelven vacíos,
Y las cadenas un tejido sagrado."
Un gusto.leerte. Saludos!
De una belleza que enamora,tú, poema es grandioso.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.