¿Qué tendrá el café amargo? ¿Qué tendrá la canela?
¿Qué tendrá esta taza? ¿Qué tendrá la candela?
Que me sabe al recuerdo y al calor de tu cielo.
Es fervor de mis noches, es altura y mi suelo.
Reverbera en mi vida el perfume adorado,
la virtud de tus ojos, tu destello dorado.
¿Qué tendrán mis suspiros? ¿Qué tendrán en mi alcoba?
Pues te vivo y te pienso en la lira, en la trova.
¡Oh!, grandioso café que me sabe a mujer,
a caricia bendita, a tu beso de amor,
a canela, a tu numen… al sabor de tu ser.
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