Abrí el libro, era una historia de duelo, tras un amor fallido. Pasé hojas, buscandote entre lineas. Alguna frase me gustó y te la hubiera repetido, pero solo la subraye en la pagina, sin que nadie me viera. Era algo repetido demasiadas veces, como quien reincide en el mismo delito.
Miraba la television y ninguna de las imagenes se parecía a ti.
Estaba rodeado de puertas cerradas,
ansiando que salieras por alguna de ellas.
Sentado en la mesa de un bar anónimo, rodeado de sillas vacias, pensaba qué decirte si entrabas y te apetecía sentarte.
Escribi notas que arrugué y deposité dentro de la taza de café vacia.
El tiempo no dejaba de correr y a mis espaldas alguien dijo: " Disculpe señor, es la hora de cerrar".
Caminé despacio por la calle, mirando por los cristales de cada coche que pasaba a mi lado: ¡Tu no viajabas en ninguno de ellos!
Llegue a casa algo perdido. Pensaba: "¿y si no encuentro la llave?, ¿y si no abre?". Nunca me habia sucedido. Esta vez todo hubiera podido ser posible.
Ya en casa, Me dirigí a mi habitacion, como preso al que encierran en su celda de castigo.
Me quite la ropa y me metí en la cama, como quien se esconde para salvar la vida. Era una sensacion varias noches repetida.
A mi alrededor todo era silencio, obscuridad y frio.
Comentarios1
Gracias Omaris. Sentir + poesia y al final surge el poema.Abrazo
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