Dejarte ir

Te fuiste, me sacaste de tu vida y me dejaste, diría con un gusto, pero más bien con la costumbre de leer el horóscopo.

Un gusto que no era mío fue adquirido en el tiempo que estuve a tu lado, de estar intercambiando opiniones sobre lo que supuestamente nos deparaba el futuro y el destino según las estrellas.

Lo más ridículo y absurdo es que según el horóscopo eres mi mejor pareja, mi alma gemela, claro de acuerdo con nuestros signos del zodiaco.

Cómo puede ser eso posible, será en la teoría porque en la practica no fue así.

A caso es que corresponde solo a personas de nuestro signo pero de otro ascendente o de una fecha de nacimiento diferente.

Deben ser de los de los últimos días y no de los primeros de nuestros meses de nacimiento.

Nos entendemos, nos complementamos y somos el uno para el otro, según.

Hacemos magia, surgen chispas en la cama, bueno, creo eso si podría ser lo único correcto.

Me quede con una guitarra sin usar, y que probablemente así se quede a menos que decida hacer algo con ella.

Ahí sigue, arrumbada en un rincón de mi habitación, llenándose de polvo, esperando que la saque se su estuche y haga vibrar sus cuerdas, la recorra con mis manos y talvez hacer magia.

Igual esta mi amor, mis sentimientos, mis esperanzas, arrumbados en un profundo hueco de mi corazón a la espera de resurgir de volver a palpitar de volver a brillar.

Así esta mi cuerpo esperando que alguien lo acaricie lo recorra nuevamente con sus manos, esperando la magia que nace con el deseo, con el momento del amor, se me ha olvidado ya que es retozar con alguien a mi lado después del acto carnal del amor, de los besos, las caricias, del cansancio y del casi explotar del corazón al consumar el amor.

Te fuiste y me dejaste, me alejaste de tu vida y yo aún sin quererme ir me hice aun lado te deje vivir tu vida, tal y como lo pediste, tal y como querías.

Hoy, muy a mi pesar, sigo pensando en lo que pudo ser y no fue, en todo aquello prometido y no cumplido.

Pero para que son hechas las promesas sino par ser rotas.

Y aquí estoy roto, partido en mil pedazos, tratando de reconstruirme de renacer de mis heridas, cual ave fénix, resurgir de mi heridas y emprender de nuevo el vuelo a un nuevo día, a una nueva vida y porque no a un nuevo amor.

Continuo en esta encarnizada lucha entre mi sentir y mi razón, por seguir adelante, por ni dejarme caer, hay días buenos y otros… no tanto, pero hago lo que puedo, lo que esta a mi casa, trato de fluir, de dejarme ir, de no cerrarme a lo nuevo.

Pero soy, según mi signo del zodiaco, un amante de la rutina, no me gustan los cambios radicales, y no tenerte, es el cambio más drástico de este último año.

Un año hace ya de que no estas, que no estamos, que no somos, el tiempo pasa a veces demasiado lento, más cuando te pienso, más cuando te extraño.

Aquí podría seguir y seguir diciendo mi sentir, pero que caso tiene, no lo sé, creo que soy masoquista y me gusta hacerme sufrir o quizás solo es mi catarsis, mi modo, de a poco dejarte ir.