Dulzura enviada del cielo,
señal de vida en el desierto;
cedro negro imperante
en el bosque de mi motor sin paradero.
Con tus matices angelicales
y tu similitud con la miel,
impones en mi ser, el caos y la ley.
Caos que me estremece,
De un modo que mi destino
se reduce a lo irreverente.
Eres el caos que descontrola mi esencia,
provocando en mí la desobediencia.
Sentado en un balcón, hallándome solitario
y colocando por confidente a la ciudad
- sin querer autodenominarme poeta -
pienso en el orden que das a mi vida,
orden en este estado de autocracia,
un incentivo para enfrentar cada subida,
donde antes reinaba la desgracia.
señal de vida en el desierto;
cedro negro imperante
en el bosque de mi motor sin paradero.
Con tus matices angelicales
y tu similitud con la miel,
impones en mi ser, el caos y la ley.
Caos que me estremece,
De un modo que mi destino
se reduce a lo irreverente.
Eres el caos que descontrola mi esencia,
provocando en mí la desobediencia.
Sentado en un balcón, hallándome solitario
y colocando por confidente a la ciudad
- sin querer autodenominarme poeta -
pienso en el orden que das a mi vida,
orden en este estado de autocracia,
un incentivo para enfrentar cada subida,
donde antes reinaba la desgracia.
Con cada roce de tu piel
y con cada beso de nuestro ayer,
una nueva esperanza en mi humanidad
tímidamente tiende a aparecer.
Cada río que corre apaciguado,
cada paisaje a nuestro alrededor,
son un testigo clave del por qué estoy enamorado,
del por qué engalanado, sencillamente,
tú, mi caos y mi ley, me has doblegado.
y con cada beso de nuestro ayer,
una nueva esperanza en mi humanidad
tímidamente tiende a aparecer.
Cada río que corre apaciguado,
cada paisaje a nuestro alrededor,
son un testigo clave del por qué estoy enamorado,
del por qué engalanado, sencillamente,
tú, mi caos y mi ley, me has doblegado.
- Autor: Ferney Bustamante ( Offline)
- Publicado: 26 de noviembre de 2023 a las 23:20
- Categoría: Amor
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: José Valverde Yuste
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