He recogido y ahijado
una pena
que perdida
me rondaba
desde la más tierna infancia.
Me la he encontrado
muy abatida,
junto a un contenedor
de basura,
en una calle
muy pequeñita
que lleva de nombre,
Calle de las risotadas
y de las carcajadas.
Me he llevado la pena a mi casa,
y ya en ella instalada
con mucha maña
le estoy sacando lustre
a esta amiga tan franca.
Para ello me pongo
guantes de lana
y le froto a mi pena
el alma
con crema
muy apreciada
que guardaba
en una mesita
con devoción
de fraile cartujo
de tradición mariana.
Tanto le he quitado
su perfume
a flores mustias,
que ahora ríe,
que ahora corre,
que ahorra come,
que ahora juega,
que ahora me dice
que le gustaría ser
una sonrisa prendida
de una faz bonita
de muñeca Playmobil,
de esas tan caras
que para las Navidades
a sacos se regalan.
Penas como esta,
a las que les duran
los malos tinos
unos segundos
de esos
que salen del alma,
las quiero yo
antes de que otros
se aprovechen
de su inocente mirada.
Es esta una pena
muy mona
que juega por las mañanas
a matar las soledades,
usando como artillería
balas
que llevan
de carga explosiva
una mezcla de pólvora
pimienta en grano
y pequeñas risotadas.
Por las tardes se las pasa
asistiendo a entierros
a desgana
y por las noches
rezando rosarios
y abriendo
con su tristeza
de alta gama
las pesadas
veladas funerarias
Buena gente es
esta pena perdida
tan delicada.
Ella se divierte,
haciendo llorar,
a quienes con caras desencajas
a su puerta insistentemente
con los nudillos llaman.
- Autor: jvnavarro ( Offline)
- Publicado: 3 de diciembre de 2023 a las 00:45
- Comentario del autor sobre el poema: Hoy nos reímos de las penas y lo hacemos con ganas. Todo en plan simbólico. Quien tenga una pena que la cuide y que la lleve encima el tiempo que le haga falta, pero quien no la quiera que la coja y arroje allí por donde pasan las aguas y lo más seguro, las penas no saben nadar, es que se ahogara nada más tocar la superficie del agua. Que sepan ustedes que las penas matan. Sepan que se hacen huéspedes de quienes las reclaman y si se acostumbran a vivir en uno, terminan por instalarse en el alma. Cuando una pena se instala en el alma no hay quien la saque se quedan allí para ver lo que pasa y cuando pasa lo que no debería haber ocurrido buscan nuevo inquilino para gastarle una mala pasada.
- Categoría: Humor
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Viamontes, MISHA lg, Lualpri, VOZ DE TRUENO😉, alicia perez hernandez, El Hombre de la Rosa, María C., Luis 091, Llaneza, Antonio Martín, Dante Cruz Velez, José Valverde Yuste, CARLOS ARMIJO R...✒️, José López Moreno., Pilar Luna, Alexandra L
Comentarios8
Lo mejor es no tener penas, ni en broma, para no tener que ahogarlas
Buen poema.
Saludos Jvnavarro
Pues si, las penas, no son buenas. Muchas gracias por sus palabras y un abrazo
Genial historia de la pena pena estimado Jvnavarro
El Hombre de la Rosa
Gracias por su comentario y un saludo y abrazo
A las penas puñaladas y detrás un buen vaso de vino tinto con jamón serrano,..eso dicen los más mayores que hacen, cuando la pena los ha embargado.
Un saludo
Buen remedio
Un saludo y abrazo
Muchas gracias y un saludo
Precioso poema. Me ha encantado. No sé qué realizar porque es bueno de principio a fin. Un abrazo
Muchas gracias por el comentario, un saludo
de esas tengo varias y ni a cañones me deshago de ellas... son mis musas, mis regalonas, sin ellas....no soy nada
No se te ocurra quitartelas de encima, con los años ocurre como con el vino cogen sabor y animan a seguir viviendo
Un saludo y abrazo
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