Mis piernas y rodillas las entierro.
En la tierra, me hundo como el hierro.
En son de guerra, yo rezo por vivir.
Mi entierro tiene fecha, y yo no quiero morir.
Junto mis manos centrando energías
A favor de las casualidades del nuevo día.
Quiero alcanzarte, pero no es esa parte todavía.
Ya conozco esta rutina, y ya sé que es divina.
Y quizás saco una sonrisa antes de que la brisa,
Tan pasiva y tan sumisa, se aparezca con el sol.
Cuando se presenta y aterriza, se derrama y sin prisa.
Dejo caer la lágrima que necesitan, y somos Él y somos yo.
Arrodillado y, en la tierra, soterrado, en ti, me veo reflejado,
Y lloro en el hombro de la mansedumbre de tu voz.
Con tu cielo despejado, sangro todos mis pecados; arrepentido y apenado,
Tuyo es todo lo que soy y todo lo que seré, Dios.
- Autor: diegovv ( Offline)
- Publicado: 5 de diciembre de 2023 a las 15:00
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
Arrodillado y, en la tierra, soterrado, en ti, me veo reflejado,
Y lloro en el hombro de la mansedumbre de tu voz.
Con tu cielo despejado, sangro todos mis pecados; arrepentido y apenado,
Tuyo es todo lo que soy y todo lo que seré, Dios.
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Una oración recibida por el E.S.
Bendiciones!!
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