DEPOSICIÓN ©

OSCAR LUIS GUZMAN

¿De qué culpa eres culpable?

y si culpable,

¿Qué juez, quiere destrozar tus pies

abrogando tu destino

con castigo abominable?

¿Acaso tu cuerpo amable

pide una cruz de reposo

 y de espinas un reboso,

para que un juez inclemente

tu leve pecado olvide?

 

Al ver que te auto condenas,

censurarte creo que debo;

porque igual que tú, yo debo

sufrir la misma condena.

 

Verdugo no debes ser

ni auto otorgarte condena;

porque jueces y verdugos

hay más que en la mar arena.

 

Siendo cándida criatura,

¿Debe acaso tu hermosura

ser tu castigo mayor?

¿O debe causarte pena

sentir un sincero amor?

 

¿Qué culpa tuviste tú

que te amase con locura...?

Tu gran falla: la ternura.

Mi caída: tu hermosura

y afinidad al amor.

 

El amar no implica falla

ni tú ser humana y bella

invites a ser amada…

¿Acaso condescender

a tu inherente estación

debe así tu corazón

sufrir incauta condena?

 

¿Acaso la débil rosa

le impide a la mariposa

libar de ella su sabor?

¿No acaso la mariposa

y aun también la misma rosa

 son de un común creador?

 

¿Acaso tener pudor

implica ser inconsciente

de las pasiones latentes

que brotan del corazón?

 

Si cometimos delito

porque nos llaman amantes…

¿Que acaso sólo es bendito

quien tiene alma de granito

y corazón de diamante?

 

  • *
  • Autor: OSCAR LUIS GUZMAN (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de diciembre de 2023 a las 00:41
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 6
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