Cobija, Bolivia, octubre de 2008
Como cuentas de coral...
vibran los dedos que tiemblan
y que van de cuenta en cuenta
como aprendiendo a contar
se deslizan por la mano
duras, nacaradas, rojizas
asemejan quebradizas
pero más duras no hay
Las trajo una vez un barco
que llegaba desde lejos
en uno de sus arcones
venían con sus reflejos
El primer destinatario
las perdió en un mal juego
luego aparecieron brillando
adornando terso cuello
Su destino posterior
fue ya la casa de empeños
de donde las rescató
muy seguro nuevo dueño
Es él quien pintó con muerte
la garganta alabastrina
por el destino o la suerte
cegando así la joven vida
ahora a las manos arriban
de un niño que muy precoz
con ellas juega y mitiga
ese tedio tan feroz
Perla a perla va tocando
mirándolas casi perplejo
Su tenue redondez celebrando
y los nacarados reflejos
Lo que el pequeño no sabe
es que las cuentas que ahora
en sus manos son juguete
hablan de amor y de muerte
de una mujer que en sus rasgos
mostraba rara belleza
de un hombre que la adoró
que la amó con entereza
Refugiado en su tibieza
obnubilado en su talle
perdido entre las marcas
de sus besos, de su carne
Dicen que un día fatal
al regresar sin aviso
descubrió su gran traición
y se rompió el hechizo
Como un espejo quebrado
la que fue figura amada
se deshizo en mil fragmentos
disolviéndose en la nada
y ciego de ira y furor
con las manos que la amaron
las mismas que la mataron
su vida, cruel cortó
Fueron esas mismas perlas
con las que juega ese niño
las que hicieron de testigos
de tan cruel sacrificio
pues quien mata a quien más ama
mas que asesino es suicida
pues mata a su propia vida
y pierde incluso su alma
el resto, ya lo conoces.
Si el niño tiene importancia,
si en este coro hay más voces,
si el collar tiene fragancia,
son preguntas sin respuesta
ajenas a este momento
a ese pequeño jugando
con las fatídicas cuentas
- Autor: Pachuco (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de diciembre de 2023 a las 01:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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