Ecos del Desencanto

Un fingidor consumido,
disfrazado de pesares,
en la sombra despiadada,
en el teatro de la vida.

Mis palabras se tornan silencio,
lamento callado, voz sin dueño,
anhelos que se van en pos de un sueño,
y en soledad, un guión eterno.

Mis versos son artificios,
con un lamento falso,
de rimas plagiadas, sin alma,
en la farsa de la eterna noche.

Ayer fui el fingidor y el llanto,
hoy me sumo al silencio,
el eco de un lamento sincero,
en mi soledad, siempre compañero.

Mi voz se viste de silencio.
Así reflexiono en el abismo,
en un mundo de sombras,
donde la luz se niega a existir.

Mis letras, un lamento,
mis versos, un adiós,
en el eco del vacío,
se desvanece mi voz.

En la búsqueda de sentido,
en la danza de la vida efímera,
encontré un cruel desencanto,
y en mi alma, la triste quimera.