Luciérnagas Bélicas

Mientras la multitud duerme
En la implacable soledad de la plutónica noche,
Yacen los brillantes mortecinos querubines
Hijos desterrados de la luz.
Acogidos por las musas de las tinieblas
Claros, despiertos
Desligados y adelantadísimos a su tiempo.

Lunáticos cometas
Filósofos boletas
Músicos y mártires poetas
Tripeando a punta de café, güaro y hambruna
Desgarrando odas
Y sacrificando un par de neuronas
Para inmortalizar en eternos versos
Poemas que tornasolan de un purpúreo siniestro los destilados cielos
Que al sablazo del rayo
Más el perdigón del viento
Su corazón destapan dejándolo expuesto.

Sonrisas macabras que posan sobre las ventanas
Exquisitas lunas con ganas de matar...
No en letras, sino en la realidad.

Vuelan...

Mágicos destellos flotando en la penumbra
Torbellinos fritos de blanco y amarillo
La desquiciada amargura de las lenguas muertas
Encendidas las velas
Se reflejan en los cristales de las jodidas torres catacumbescas.

Seres de la noche
Amos de las ideas
Dueños de la vida, de la brillantez y del elixir...
Vuestro espíritu maldito os guíe siempre, oh, nobles eruditos
Hacia la ventura en la navegación sideral.
Forjad los barrotes
Y empuñad las espadas
¡Vamos todos a matar!
Tomad las riendas de la historia
Y plasmadla en vuestra obra;
Que la bélica creatividad nocturna sucumba nunca al hastío
Que el valeroso genio trascendental de vuestras locuras se rinda nunca
No se queden los tormentosos genios dormidos, no
Es momento de escribir nuestro destino.