Ay queridísima Vega, que estás por nacer...

caifasdetriana

Como en ese no despertar del todo,

En la duermevela de la madrugada

Fría, lluviosa y gris del invierno…

Cuando sin llegar a abrir los ojos,

Pareciera que, contra la almohada

En desigual y estéril batalla,

Tratas de hilvanar entre sueños,

La Esperanza que está por llegar,

Con lo inane del momento,

Sin saber si estas durmiendo,

O si antes de despertar,

Creyendo estar dormido, en realidad

Aun no estas despierto…

 

Si mi querida nieta…

Fue en esta ignota espera,

Esta misma mañana,

Cuando no sabía del todo

Si dormía o si soñaba…

Cuando aún mis ojos

Obstinados, se empeñaban

En ni abrirse del todo…

Ni del todo cerrarse,

Cuando el frío y la pereza,

A esa hora tan temprana,

Me empujaban a acurrucarme,

Entre la placentera tibieza

De las sabanas y la manta,

Y a abrazar aún más la almohada,

Cuando, como de costumbre pasa,

Llegó la inspiración, como un torrente

Desbordado, llenando mi cabeza

De versos por escribirte, y ardientes

Deseos de abrazarte y verte

Al fin entre nosotros…

 

Ay queridísima Vega…

Mi soñada y deseada nieta…

Dulce y pertinaz ensueño

De este loco y pobre viejo…

Singular, único y sin par tesoro

Que, como el veloz vencejo,

Vas y vienes de mi cabeza

A mi corazón en corto vuelo,

Brincando y saltando en mi pecho,

Como un corcel desbocado

Que, en medio del campo,

Como loco, galopa y corre

Sin saber siquiera hacia donde…  

 

Así estaba mi querida Vega…

Así estaba al despuntar el alba,

Esta pasada madrugada…

Y así estoy, querida nieta.

Como estaba ayer,

Y doy por seguro que estaré

Mañana, en la insoportable espera

De soñar cada minuto tu llegada…

 

Así estoy querida Vega…

Así estoy, querida nieta.

Aguardando tu llegada

Con impaciencia y hasta con devoción…

Imaginando el color

Que habrá de tener tu mirada,

Conjeturando como será tu voz,

Como me llamarás abuelo…

Y como cada detalle de ti,

Llenará y colmará de emoción,

Este pobre y viejo corazón

Que ya sólo late por sus nietos,

Con la única esperanza de vivir

Aunque sólo fuera un día más,

Y aunque sea de lejos,

Poder volver a verlos,

Volver a darles un beso…

Y poderles decir te quiero…

 

Ay querida Vega…

Mi dulce y querida nieta

Que estas por nacer,

Tal vez sin saber

Que aun sin poder

tenerte entre mis brazos,

Eres ya la inspiración,

Y el más grande canto

De amor que el alma,

El corazón y la voz,

Puedan llegar a expresar…

Y aun sin poderte abrazar,

Solo con el hecho de pensarte,

Conviertes lo que fue un erial,

En vergel inigualable…

 

Dulce sueño por concretarse en la flor

Que habrá de llenar las primaveras…

Suave melodía que, entre notas

Nacidas de la quimera,

Brotará cada mañana

Para componer la canción,

O el poema que evoca

Mi alma, que incluso antes de verte,

Ya te sueña y te siente

En cada palpitar de tu corazón…

En cada susurro del viento,

En cada luna menguante o creciente,

En cada atardecer o amanecer…

Sabiendo, como ahora se,

Que eres el alimento

Que habrá de saciar al hambriento,

Y el agua que calmará la sed,

De este corazón sediento…

Y la que ahora, a la vejez,

Sin poder comprenderlo

y sin llegar a entenderlo,  

Aun sin poderte ver,

Ni tenerte entre mis brazos,

No tengo por qué ocultarlo,

Te has convertido ya, en la promesa

De toda mi futura alegría,

El lazo que me faltaba por anudar,

Tal vez la mejor sinfonía,

Que me quedara por componer,

El mejor lienzo por pintar,

El poema por componer,

La esperanza de un futuro por escribir,

Los nuevos capítulos por descubrir,

La continuación de una historia sin fin,

Y quien conviertas nuestras vidas,

En la pequeña gran razón,

De este gran amor,

Que hemos guardado, tanto tiempo

Para ti nieta querida…

Mi pequeño sueño hecho flor,

De la que imagino el perfume…

Mi prontuario, mi síntesis y resumen.

Mi ahora, mi final y mi principio…

Mi lugar favorito

Y tal vez, el mejor sumario

De toda una vida esperando un sueño,

Que tan profundamente siento

Ya, como la más dulce creación

De mi Soberano Señor,

Pues sé que serás la luz del sol

Que alumbre mi camino de día,

Y la luna que ilumine mis noches…

Esa caricia que tengo pendiente

Desde el peor de mis días,

Y la sonrisa… Esa sonrisa

Que, de forma tan cómplice,

Habrá de apagar mis reproches.

 

Sabiendo como ahora se,

Que cuando al fin te pueda sostener

Entre mis brazos, cada día

Solo será el comienzo, de la eterna poesía

De verte feliz y crecer a nuestro lado,

Sin importarle a quien

Le guste o no, el verso

Que habremos de componer,

Cuando juntos o separados,

Por la distancia o el tiempo,

Y cada uno en sus menesteres,

Yo sepa que me quieres

Y tú sepas que te quiero…

 

Ay Vega de mis entrañas…

Por hoy te dejo,

Mi querida nieta del alma.

Sigue feliz en el seno

De tu madre que tanto te ama

Ya… Duerme feliz y dichosa

Mientras yo sigo esperando

El momento de darte ese beso

Y ese tierno abrazo

Que de amor y ternura rebosan,

Y que, desde hace tanto,

Este abuelo que ya te adora,

Sueña con poder darlos…

Hasta mañana o hasta luego

Mi nieta dulce y preciosa.

 

  • Autor: caifasdetriana (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de diciembre de 2023 a las 13:01
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 5
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.