Ella se asoma en las mañanas justo cuando despierto, se toma un café y sale apresurada a caminar descalza sintiendo el frio del suelo para recolectar los recuerdos qué van sonriendo mientras se desvanecen entre las nubes al esclarecerse el cielo, nerviosa por perderlos suspira sintiendo un alivio de saber que aun sigues aquí y sigue contándote los pasos qué das en mi interior y que aun eres real en mis sueños.
Ella es la historia tan bonita que dejaste, la historia qué jamás imagine podría haberme sucedido, la qué llego de la forma más inesperada y espontánea; la manera en la qué te metiste a mi corazón y comencé a sentirme vivo, te conoci y mientras más escuchaba tu voz más me enamoraba, el primer beso me hizo darme cuenta que ahí es donde pertenecen mis labios y me volví un adicto a tus besos, las ganas de darte lo mejor de mi hicieron convertirme en un hombre lleno de ternura, te ame sin restricciónes y sin tu permiso, te toque y me deje perder entre las calles de tu piel sin ganas de buscar la salida, tu sonrisa hace temblar mi corazón y humedece mis ojos, tu belleza me derrite y no me deja pensar en otra cosa que no sea admirarte y hacerte el amor ha sido lo mas hermoso qué me ha tocado vivir.
Así han pasado los años y día con día se construyen nuevos recuerdos y momentos de esta historia tan bonita, de este amor que a pesar de la distancia, el tiempo y el silencio sigue intacto y sigue con ilusiónes de estar nuevamente envuelto en ti.
La historia qué escribiste no se ha muerto porque sigo dibujando retratos en paisajes donde estamos juntos y de los sueños qué tengo en las puertas del pasillo de esta vida.
La historia qué escribimos no ha acabado y aun que estés tan lejos el guion sigue sangrando las letras desde que tu no estas en ellas.
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