Cuesta darse cuenta, pero estoy dormido. Mi percepción total es una ilusión, es un engaño, es un sueño.
Estoy soñando que yo procedo de mi percepción, igual que todos los objetos del universo, y no me doy cuenta que todo procede de mí.
Y sueño con la diversidad, la multiplicidad, pero todo es unidad. No hay límites, no hay fronteras. Todo es uno y todo viene de aquí y ahora.
Cuesta darse cuenta de que uno está muerto en vida; ya que uno está soñando.
Cuesta darse cuenta, pues hipnotizado, uno se cree un ser viviente como todos los demás, un objeto como todo lo demás; limitado. Que se encuentra bien cuando las cosas le salen bien y se encuentra mal cuando las cosas le salen mal.
Busco el placer, huyo del dolor. Vivo en este sueño que a veces es de bienestar y a veces es de pesadilla.
Pero me autoengaño.
No estoy viendo más que una emanación de mi propio ser, y creo que estoy envuelto en las vicisitudes que me trae este bucle infinito de experiencias de todo tipo.
Pero nada sucede.
Todo es cómo es. No hay tiempo, ni espacio.
Pero yo sueño con el tiempo y el espacio, y aunque encuentro cosas placenteras, muy en el fondo, al creerme tan limitado y separado de todo, viene a mí, el miedo a vivir y el miedo a morir. Y entro por lo tanto en conflicto, con la subjetiva realidad de esta percepción total. Y me pierdo en su laberinto. Y me drogo con su vano conocimiento. Y me angustio por creer en un vacío existencial. Como dicen muchos, o como decía el sabio: ay, miserable de mí! quién me podrá despertar de este sueño de muerte?
¡Ay mísero de mí! No me doy cuenta, que la vida es solo un sueño y que los sueños, sueños son?
Bástate la gracia. Mi gracia que está siempre contigo y nunca te abandona, pues tú eres la gracia.
Tú eres la realidad de todo esto.
Pero ahora sueñas que no lo eres, y experimentas la debilidad de la identificación con objetos de tu sueño.
No te preocupes.
Todo pasa, y nada pasa.
Estás en tu cama tranquilo, recostado, soñando, y yo, estoy aquí en el borde de ella, esperando que despiertes en la paz de mis brazos, en la serenidad de mi ser, que siempre está contigo, aunque sueñes lo contrario.
Reposa pues, lúcido en tu sueño, hasta la alborada de tu completo despertar, mi amado Ser!
- Autor: antoninomilla ( Offline)
- Publicado: 4 de enero de 2024 a las 00:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Romey, Dr. Salvador Santoyo Sánchez, Naira
Comentarios2
Buenas reflexiones. pero no todas ciertas.
tu preocupado y el amado durmiendo.
ten cuidado, eso será siempre.
Saludos Poeta
QUEEEEEE
Me sentí viajar con este poema
Dime, ¿Bástate la gracia, lo sacaste de algún libro? He oído eso antes, lo mismo con: miserable de mí, ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
Ahora sé donde lo he escuchado, espero que me digas a ver si coincidimos.
Por lo demás, que bellas líneas, me sentí identificada desde que leí el primer párrafo, gracias.
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