Es mi alma, el destino adonde quedan mis cosas ya muertas
alma que se abre como la tierra húmeda de un funeral.
No hay ojos cerrados por el dolor que vean las estrellas
ni habrá una luna brillante que se oculte detrás del mar.
Pasa el tiempo y mi memoria tiene sus puertas abiertas
para que los días del ayer lentamente puedan regresar.
No cesa mi corazón en latir cada una de sus penas
penas que en manos de la tristeza terminan siendo un puñal.
Se aletargan en mí cada una de mis desnudas tragedias
qué inútiles resisten mis lágrimas por volver a llorar.
Imposible no es recoger a nuestras sombras disueltas
que se besaron por última vez apasionadas en la oscuridad.
Metáforas más tristes que se apoderan de mis poemas
y mi vida es una extensión de ti que yo renuncio a soltar.
Sé que me quedaré aquí nuevamente en la espera
con toda esa paciencia que me enseñó siempre a esperar.
Los astros girarán para traer quizás ilusiones nuevas
o quizás todo sea un nuevo camino para desandar.
O tal vez mi alma pueda romper todas esas cadenas
que aceradas no le permiten conocer la felicidad.
Pero tengo el presentimiento que sea como sea
mi alma sera libre como un ave y de nuevo volverá a volar...
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Autor:
Jorge L Amarillo (
Offline) - Publicado: 4 de enero de 2024 a las 09:58
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: JacNogales, jvnavarro
Offline)
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