Eres la tierna ave del amor
que alimentas, embriagas, nutres, avivas
a cualquiera que contempla tu ser.
Las plumas que adornan a tu piel,
Quetzal de mil colores,
son tan finas,
que tan sólo al pensarlo,
el cuero burdo de mí ser se enchina.
No hay luto entre tus manos,
salvo el mío,
cuando no estás conmigo…
Cuando conmigo estás,
no existe el frío ahí;
sólo existe el fuego de tu hoguera:
La llama que acaricia...
y después me incinera;
*
- Autor: OSCAR LUIS GUZMAN ( Offline)
- Publicado: 5 de enero de 2024 a las 15:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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