Candidez e inocencia
Añoro un tiempo que no muere,
y su recuerdo me traspasa.
Todo vuelve otra vez vivo a la mente
Tras la ventana, de niño miro
llover; sobre el cristal blanco
resalta a gotas en el aire oscuro
como una nubosidad,
balbucea feliz embelesamiento.
En el milagro azul de mi mirada
aquí, revivo ahora
la infancia deslizándose
Bajo la bombilla, la noche,
El sueño, las horas sin tiempo.
La escuela se ausenta, es ahora...
el descanso, con la enciclopedia
temática y alfabética. Global
de historias y estampas
Viejo Universo amado
cuando el corazón aprendiz
quedaba aprisionado entre
el desamparo y el tedio
Allí no había hermosos poemas,
ni profundas reflexiones...
ni misteriosos relatos,
pero había algo más importante,
que me acompañaba, fiel,
en las largas tardes invernales
de historias y estampas
Viejo Universo amado
cuando el corazón aprendiz
quedaba aprisionado entre
el desamparo y el tedio
Allí no había hermosos poemas,
ni profundas reflexiones...
ni misteriosos relatos,
pero había algo más importante,
que me acompañaba, fiel,
en las largas tardes invernales
Ore
Pintura de Chardin
- Autor: Ore (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de enero de 2024 a las 18:29
- Comentario del autor sobre el poema: ...en esos momentos de descanso que nos brindó la infancia, concretamente del atardecer, cuando una vez al final de un día de escuela, cómo uno podía relajarse viendo la lluvia caer tras el cristal, mojando la calle, mientras disfrutabas inocentemente del Libro Universal en la calidez del hogar, protegido de las inclemencias del tiempo y completamente ajeno a la crueldad de la vida y de la existencia misma sin molestarnos en absoluto estar solo.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, alicia perez hernandez, Martha patricia B
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