Un niño ha muerto, y
la tierra sigue girando sobre sí misma.
Ab æternō.
Cuando muera este Dios
los niños seguirán muriendo y
la tierra seguirá girando sobre sí misma,
dando vueltas alrededor del Sol,
una enana amarilla, roja al atardecer.
Solis Invicti,
que nos mantiene vivos por casualidad,
pero no puede evitar que los niños mueran.
Un niño ha muerto
y pronto lo harán todos los demás
(que para morir de a pocos han dejado de ser niños).
Será mañana, tal vez al caer la tarde,
cuando el sueño se despierte sonriendo,
cuando se vaya a dormir el tiempo,
cuando se le agote la sonrisa al azar
y deje de favorecernos la coincidencia.
Ad æternum.
- Autor: Carosif (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de enero de 2024 a las 00:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: José Valverde Yuste, Alberto Escobar
Comentarios3
Tremendo
Gracias por tu expresión poeta.
Triste, bucólico pero a la vez hermosas letras. Un abrazo fraterno poeta
Gracias por tu cometario poeta. Un abrazo.
Así es la vida amigo.
Pues sí. Terrible cosa que así sea. Saludos.
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