Me encuentro embelesado, escuchando el rumor que proviene
de esas rocas negras y verdes por las algas, que rompen el
envite del oleaje en la bocana del puerto. En el aire, flota cierto
aroma a sal y yodo. No soy duende ni entiendo de sortilegios
ni milagrerías, pero seguiré a la espera, de ver llegar la lluvia
tan necesaria.
Guardaré en mi memoria, el grato sabor de tus besos que
lograron sentirme realizado.
Te esperaré junto al mar de día, y al atardecer en mi
barrio respirando el aroma de los jazmines y azahares,
hasta que decidas regresar, como lo hacen las aves
migratorias. Dudo si podré dormir en compañía de la
noche joven, al menos lo intentaré en silencio.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 10 de enero de 2024 a las 06:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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